y la anciana se muestra contemplando a la niña,
con lágrimas secas,
sin recordar esa vida.
Y la niña que quiere ser anciana
la anciana que añora ser niña,
quién decide a la mujer
aquella que se encuentra pérdida.
Y la niña que en su maldad infantil
arranca el ala de la juventud no vivida,
y la anciana que se asfixia
aún sabiendo que respira.
y la niña que grita,
la anciana suspira por que no se acuerda
de haber sido ni mujer ni niña.
Y la mujer carga el arma
con experiencias consumidas,
quién decide apretar el gatillo
de palabras no oídas.
Y se anhela la existencia
de hechos no afligidos
la niña y la anciana,
¡la mujer no hallada en el camino!.
Y la mujer en su lecho observa a la niña,
la anciana divaga por no haber sido vista,
¿quién decide quién?,
la anciana, la mujer o la niña.