Te busco para no encontrarte;
te busco simplemente
para tener el motivo de
haberte sabido en mi vida.
Te busco para reiterar que fui amada;
que te enloquecías por mí,
que fuiste el hombre
que muchas anhelaban
pero que no supe como adorar,
porque el corazón estaba repleto
de ese sentimiento con otro rostro,
otro nombre y otro hombre.
Te busco para sentirme viva;
o quizás para saber que aún estas a la mira,
que anhelas un encuentro
y que sueñas con los años subsistidos.
Te busco en silencio;
con la ansiedad de un tropiezo,
pero con la certeza que no debe ser cierto.
Te busco en los poemas antes escritos;
a ver si te colaste en uno de ellos
en los papelitos que llevo escondidos,
donde evocabas el amor incierto.
Te busco en las imágenes fugases;
y no te encuentro.
Te busco para sentir
cómo morías por mí,
cuánto lloraste
incluso como un niño,
cómo rabiaste por tanto amor
que llevaba dentro, y
que odiaste el hombre
que yo amaba
y amo por cientos.
Te busco.
no sé ni para qué te busco;
quizás para convencerme
de lo incierto que es el universo.
Te busco, para nada;
sólo para decirte que agradezco
el amor que a través de los años,
hizo fuerte mi aliento
en momentos de desafecto,
abandono y precarios momentos.