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"Se miraron la primera vez, y fue suficiente...

Cada momento luego que encontraron fue para llenar el vacío que parecía existir alrededor de cada uno de ellos, alrededor de cada de sus vidas, alrededor de cada una de esas existencias perdidas en la monotonía de la nada por vivir.

Cada momento encontraron la mejor forma de demostrarse en silencio su escondida obsesión por cada uno, de cada uno, en cada uno.

Se miraron la primera vez, y fue suficiente...

Fueron marea y maremoto entre sus brazos, ahogándose en silencios y estertores, fueron ambos virtud y pecado y todo para recordar en la noche.

Cada uno una palabra sin decir, juntos miles de historias desgranadas gota a gota en cada beso...

Se miraron la primera vez y fue suficiente..."

He vuelto a cantar tu bolero, nada mas porque me divierte recordar que era "El bolero de Raquel", aquel que me permitiste componer para ti mientras una tarde, sentados al borde de un camino, esperábamos que venga la grúa a recoger el coche.

Como tantas cosas tuyas había dejado ésta olvidada entre las viejas cintas de cassette donde hace años que hago música solo para mi.

Quien sabe que perverso duende maligno hizo que cayeran del estante los otros papeles viejos arremolinados de recuerdos y de otras historias. Allí, entre la marea de madera blanca, distinguí el primer verso, aquí, en mi pecho, donde nace mi marea roja, distinguí el viejo dolor.

Sin embargo tu historia no debería ser triste, tú no lo eras, el triste siempre fui yo, melancólico frecuente, bohemio de jirones amargos y letras lacrimógenas de las cuales solías disfrutar a pesar de tu alegría. Siempre me adulaste tratando de hacerme positivo, batalla que perdiste a pesar de tu lucha.

De todas formas, mis letras son hoy para ti porque volví a cantar tu bolero y en cada palabra salió a relucir cada detalle tuyo y mío en aquella tarde nuestra.

Pero tu fuiste más que aquella tarde, mas que muchas tardes anteriores y muchas otras que vinieron después, el problema es que no lo supiste nunca, ni de las anteriores ni de las posteriores, tu realidad estaba circunscrita a aquella visión que me hacía una especie de espécimen junto a ti.

Pero sigo divagando, los recuerdos son así, no te dejan pararte en un solo lugar y dejar que las palabras se expliquen solas, parece que necesitacen de adornos. Y bue!..., tu no necesitabas adornos, eras linda así no mas, sin mucho de por aquí ni mucho de por allá, a mi me encantaba mirarte y perderme en esos ojos tuyos que un día me dijeron que se parecían a los míos y terminaron de arrancarme el corazón con ese comentario, ¿porqué?, pues porque siempre he creído que las almas gemelas deben de tener los ojos parecidos, mucho mejor si son iguales, ¿acaso no son los ojos el espejo del alma?... Así que aquel día, terminé de enamorarme de ti.

No era difícil verte, al menos estaba seguro de hacerlo 3 veces a la semana, habíamos tomado un curso juntos, tu por aprender, yo por poder verte, lástima que sea yo el que mas aprendió, tu ya lo sabías todo, solo necesitabas el certificado, yo necesitaba la ciencia y a ti.

Hoy canté tu bolero después de tanto tiempo que casi me olvido de hasta cómo suena, por suerte la vieja grabación aún se escucha en la cinta y me escuché a mi mismo dejándome guiar, hasta que la recordé todita y me la puse a cantar otra vez.

De no haber sido por tus brazos, la soledad hubiese sido una compañera sempiterna para mi, de no haber sido tus labios, tú hubieses sido otra canción triste y "cortavenas" de las tantas que escribí, con la diferencia que la historia no hubiese sido imaginada. Pero no, fuiste real y más real que la misma voz que escuché en aquella cinta.

Raquel..., cuantas cosas se me vinieron a la memoria solo con escuchar tu nombre otra vez, con cantar a tu fantasma, con recordar a tu sombra, con besar a tu recuerdo y soñarte.

Niña de sonrisa contagiante, de boca deliciosa, cintura perfecta y piernas modelo, nunca entendí porque todos te decían "la flaca".

Aquella vez del planton en la carretera, mientras el sol brillaba y nos moríamos de calor, fue que te canté por primera vez al oído, como una particular serenata, con todo el terror de no saber si me dejarías terminar la canción porque nada de lo que ahí decía era cierto, era pura imaginación. Tu no dijiste nada, solo sonreíste, escuchaste paciente, sin apresurarme ni mirarme para no ponerme nervioso y cuando terminé me acurrucaste en tu pecho, y por el suspiro que pude escuchar nacer en tu corazón supe que te había gustado.

Fue la vez del primer beso, del primer amor, del primer abrazo, del primer gemido y la primera ilusión.

Cuando todos escuchaban la canción en el teatro donde la estrené hoy, me di cuenta que esperaba ver tu manito levantada gritando que esa canción la escribí para ti, pero había tantas manos levantadas, tantos rostros a la luz, que prefiero pensar que no fuiste a imaginarme siquiera no haberte podido encontrar.

Hoy mi bohemia se a hecho arte y canto por todos lados, creo no mas tener un poco de éxito por la cantidad de entradas que se venden, pero aun en cada teatro, en cada coliseo, en cada estadio, busco esos ojos parecidos a los mios que no he vuelto a encontrar desde que nos separamos.

Raquel, hoy la emoción fue tanta que seguro volveré a hacerte otra canción esta noche, si, esta misma noche, y la estrenaré en el próximo concierto, esperando ver tus manos llamándome o tu sonrisa iluminándome o tú enterita, esperándome cuando todo termine, total, soñar no cuesta nada.

Al final, tal vez te aparezcas, me saludes y con la ciencia que te dan los años que ya han pasado me preguntes ¿cuanto hace que la compusiste?, solo para escuchar que muchos y nada mas.

Tu evolucionaste a la vida y dejaste que los ríos de nubes me lleven a mi hasta donde estoy, ya no tenemos mucho que ver mi bohemia y tu dote innata de empresaria, pero lo único que me gustaría ver, una sola vez y es si en verdad tenemos los ojos parecidos..

FIN

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