La diversidad de los tonos
El tono periodístico
Es esencialmente descriptivo. Ejemplo: “[[A sangre fría]]” de [[Truman Capote]].
El tono subjetivo
Este tono refleja el estado anímico del narrador. Ejemplo: “[[Memorias del marques de Bradomin]]”, de [[Valle-Inclán]].
El tono irónico
Dando a entender lo contrario de lo que se dice, el narrador consigue llegar al sarcasmo, a la burla. Ejemplo: “[[Alicia en el País de las Maravillas]]”, de [[Lewis Carroll]].
El tono consultivo
El narrador duda, hace partícipe al lector de su inseguridad, pregunta, interpela… A parte de utilizar interrogantes, el tono consultivo utiliza una forma indirecta para consultar al lector con el uso de “modalizadores” (puede ser, quien sabe, en cierta manera…), verbos condicionales (debería de…) y subjuntivos (si yo hubiese…).
El tono enfático
A la inversa del tono consultivo, el enfático hace un abuso de la exclamación, de la sorpresa. Su intención es encarrilar al lector por el tobogán de la angustia. La obra del norteamericano [[H. P. Lovecraft]] (“[[En las montañas de la locura]]”, “[[El que acecha en el umbral]]”) es emblemática en este sentido.