Estaba tan desesperada que dijo a sus amigos y familiares que estaba aburrida de la vida y no sabía qué hacer:
- Me provoca suicidarme, pero me da miedo fallar y quedar en ridículo con todo el mundo, decía.
- ¡Nooooo, por favor, ni lo intentes!, le respondían.
- Pero es que estoy cansada de la vida y de todo el mundo, replicaba.
- Es tu decisión, pero te rogamos que no te mates, decían sus familiares
- Ni lo intentes, decían sus amigos
- Pues lo haré, dijo ella. Pero bien muerta para no quedar en ridículo.
Se tomó media de aguardiente para bajar 30 píldoras somníferas y, ocho días después despertó y quedó en ridículo.