Se que hace mucho que no escribo, quizá por lo absurdo de querer botar las palabras al viento y no a la red, que es más absurda aún, sin restarle al viento la verdadera esencia de su intención, cuando evapora la existencia misma de mi lenguaje.
No tengo otra manera, por ahora, de decir.
No la encuentro aún, aunque ahora sé que está cerca.
La huelo a veces y su olor me llena de un sabor a fresco cuando intento captarla...
Pero se escapa esta tibia manera de vivir,
Y vuelvo a pensar que a mi cerebro le pasa algo color rosa que a veces se torna verde.... y espera.... y se vuelve tan terco que debo hacerlo dormir como al bebe que será siempre mi alma inexistente.
He vivido... lo confieso.
Tanto, que creo que me he perdido mucho y me pesa la idea.
Es una idea tan grande que la respiro a cada momento... rocía mi espalda y me hace temblar.... algo así como el pánico.
Algo así como la lluvia que está haciendo temblar a los míos en sus casas de helechos ... en las que ya no son sus casas.
Permanecen las almas, o las dicotómicas almas.
Abrazan la esperanza... y se encuentran con la brisa... y rocía su cara.... y respiran.
Aún no recuerdas el hambre... sólo la lluvia calma de los ojos que se emocionan...
Sí. Lo sé. Está vomitando mi cerebro. Algo en el sistema límbico quiere salirse de casillas! No importa. Tus fantasmas y los míos antes no lo eran.... sólo eran miedos y hasta ilusiones.
Seré un ángel por que así me lo creí. Hablarle a los niños mientras dormían me hacía creer que me ayudarían a salvar el mundo y por poco me lo creo, por eso a veces miro al cielo y deseo... deseo tanto que me posee lo carnal.
Ves? es la tierra y el cielo lo que me posee. Soy de todo eso que llora la vida.
Soy de todo eso que gritan las rosas, soy todo eso y nada.