Cansada de llamarte yo construyo mi vida,
Mis gritos son un eco que me suena por adentro,
Pero mi lamento inútil nunca obtiene respuesta;
Al parecer se ahoga al transcurrir mis días.
Los pasos se me agotan mientras te voy buscando...
Mi esperanza se esfuma al compás de mi tiempo.
Aunque etérea y confusa, jamás serás deshecha.
Accesible y esquiva, son dones que me ocultan tu gracia,
Sin embargo, algunas veces terca y otras tantas humilde,
Descubro muchas huellas que me dejan tus pasos.
Pero al intentar seguirlas y andar por tu camino,
Una mínima sombra disuelve mi sendero y deshace mi andar.
Inmutables y eternas son leyes que rigen tu existir.
En dosis simuladas marcás los derroteros que guían mi consciencia…
No sé si diluida en un disfraz de soberbia o humildad.
Por si de repente un día me quisieras contestar…
¿Por qué, entre más evidente es nuestra realidad material,
Menos visible te volvés, inmaculada VERDAD?