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Este cuento nos habla de que muchas veces nos dejamos llevar por las apariencias y como ellas básicamente siempre nos engañan, tendemos a ver una situación con la razón pero si miramos minuciosamente nos damos cuenta que siempre hay una historia detrás de cada hecho. 

Este cuento resalta a la perfección estos defectos en nosotros.. 

 

 

Permíteme que te cuente:

 

Una tarde soleada de invierno, llega a la estación trenes una señora muy elegante, se dirige a la ventanilla donde le informan, que el tren próximo venía con retraso y recién en dos horas llegaría, la señora se fastidia, pero intenta tomarlo con calma, va a un kiosco y compra una revista, una gaseosa y un pequeño paquete de galletitas. 

Camina muy despacio eligiendo el banco más alejado de la estación, se sienta resignada a esperar que llegara el tren que la llevara a su destino. 

Mientras esperaba, un joven se sentó justo al lado de ella, y comenzó a leer el diario, de repente la señora ve que el joven,  estira su mano y agarrando con toda seguridad el paquete de galletitas lo abre y comienza a comer.

La mujer se indigna, no quiere quedar como grosera, pero tampoco está dispuesta a regalar el paquete que por derecho de ella, con un rápido movimiento, agarra el paquete saca una galletita y pasándola por delante del joven, la come con todo gusto. 

El joven la mira perplejo, pero igualmente le sonríe, nuevamente sostiende el paquete,  saca una galletita y sonriéndole a la señora también la come con gusto. 

La señora con un signo de fastidio, vuelve a agarrar una galleta y comiéndola esta vez apresuradamente lo mira con ojos furiosos. 

Una a una, cada uno fue comiendo, ella cada vez más enojada y el que mantenía una sonrisa tan clara que parecía que estaba disfrutando de aquel juego. 

Finalmente la mujer se da cuenta que en el paquete solo quedaba una sola galletita y piensa "No tendrá la osadía, de comerse la última " 

Más calmado el joven saca la última del paquete y mirando a la señora con una sonrisa, sostiene la galleta y la corta a la mitad, en un corte casi perfecto y con un gesto gentil,  le entrega la media a la mujer.

-¡Muchas gracias! -dice la mujer con un tono ofuscado tomando su mitad.

-De nada -contesta el joven sonriendo mientras lleva la mitad de la galletita a su boca .

El tren finalmente llega… 

La mujer se levanta furiosa todavía, sube al tren y se sienta, llenando su cabeza de pensamientos de bronca por aquella situación, mientras está sentada observa por la ventana al joven que está todavía se encuentra sentado y piensa " cómo puede haber personas tan insolentes" mientras se acomoda. 

De tantas galletitas le da un poco de sed y busca en su cartera la gaseosa que había comprado, descubriendo también el paquete de galletitas “Intacto” en su interior. 

 

Siempre los seres humanos tendemos a juzgar a los demás por alguna acción que inicialmente la damos por absoluta, pero si miramos la situación con claridad, seremos capaces de descubrir que siempre hay una explicación para todo. 

 

Espero que te haya gustado.

 

Como siempre es un placer escribir para ti.

Andrés Lacrosse.

Adaptación libre del cuento de Jorge bucay 

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