Dicen que nuestros antepasados eran muy acertados en sus valoraciones y cuando daban su palabra no necesitaban de documentos ni fiadores, eso fue por una época en que a los seres humanos no les extraían las muelas cordales.
Mis estimados lectores esas piezas dentales eran llamadas las muelas del juicio y miren si será coincidencia, pero desde que a los odontólogos se les ocurrió (y no he podido encontrar una explicación razonable) extraernos esas muelas de inmediato todos perdimos el juicio, y no me refiero a litigios de juzgado, sino a esa capacidad que tenían los abuelos que no perdían esos molares.
En la religión católica hay una santa patrona de los dientes y es Santa Apolonia. No sé si tiene controversias con el Ratón Pérez. Pero como sea el asunto, las muelas del juicio me hacen pensar en la pérdida de este.
Edgar Tarazona Angel