Vengo de Agostos irrepetibles:
una cometa y una infancia,
una noche llena de grillos,
muchas lunas en mi ventana.
Y si el silencio tiene sonido,
pensaré que ya he muerto
sentado,
llamando tristezas innecesarias.
Vengo de muchas medias tardes
despejadas y llenas de brisa,
los amores ya evaporados,
el contagio de una risa.
Ya con el sol en estado líquido
ya con la despedida de alguien
hace años,
y que se fue demasiado feliz.
*
Reclamo un poco de libertad
para poder instalarme en unos ojos infantes
para no depender del paso del tiempo,
logrando evolucionar;
me entero que el amor es un sueño obsoleto
para el corazón de los amantes,
me entero que extrañar me vuelve más viejo
envejece mis nuevos instantes,
aunque aquello sea mi otra mitad
mi alegría en el presente.
*
Vengo de un planeta amarillo
de intensidades rojizas
traspasando mi ventana
mientras las seis se avecina.
Unos muchachos hambrientos
adoptan desolaciones
y justo ahí, entienden
su frío de cementerio.
*
Reclamo un poco de libertad
para poder instalarme en unos ojos infantes
para no depender del paso del tiempo,
logrando evolucionar.
Me entero que el amor es un sueño obsoleto
para el corazón de los amantes,
me entero que extrañar me vuelve más viejo
envejece mis nuevos instantes,
aunque aquello sea mi otra mitad
mi alegría en el presente.
Persigo un poco de libertad
mientras mi vida se deshace
al canto del reloj y al paso del viento,
cual melodía por recordar.
*
Estoy bien,
Alguna vez conocí la felicidad
y fue como verano en mis fotografías
y no había nadie más,
por eso no puedo volverme recuerdo
por eso desaparezco sin piedad;
reclamo un poco de libertad para no esperar nada del pasado
y sonreír.
