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Era un viaje largo el que les esperaba a la familia Elías a bordo del Grand Liberta. El día era excelente soleado y con un viento fresco y cálido a la vez. El primer aviso no se hizo esperar. El barco con destino a Blackpool ponía en marcha turbinas. Los Elías subieron enseguida del segundo llamado. Ofelia hija única del señor y la señora Elías se mostraba un poco nerviosa puesto que tenía fobia a la marea. Al llegar a su respectivo camarote y ponerse tranquilos y relajados los señores decidieron dar un paseo alrededor del barco –hija vienes? Vamos a conocer esta bestia.

-no papa muchas gracias, aquí estaré bien- sin más preguntas el señor y la señora Elías salieron del camarote tomados de la mano. Mientras que Ofelia se quedaba sola en el camarote mirando el cielo por la ventana y jugueteando con su ala de oro que traía de collar, hasta que de pronto un fuerte temblor la saco de balance dándose un fuerte golpe al caer al suelo. Luego de algunas horas inconsciente, Ofelia despertó, salió del camarote tocándose la cabeza por el fuerte golpe, volteando por todos lados como si estuviera perdida todo se veía solo y extraño no parecía el mismo barco al que ella y sus padres habían abordado –hola hay alguien? Hola, necesito ayuda- sus suplicas eran en vano ni un alma se oía, hasta que al fondeo del pasillo se veía un sujeto trajeado de negro –hola hola! Disculpe señor- corrió hacia él, algo desesperada –si dígame ¿en qué puedo ayudarle?

-mire estoy buscando a mis padres hace tiempo que salieron y no han regresado, y quisiera por favor bajar del barco.

-bajar es imposible señorita, El Baiser no se detiene hasta llegar a su destino.

-Baiser? Pero es el Grand Liberta.

-me temo que se equivoca señorita ese barco no pasa por estas aguas.

-espere, de casualidad habrá visto a dos señores de estatura media, el señor llevaba un sombrero con anteojos oscuros acompañado de      una dama rubia- Ofelia lo miraba con ojos inseguros no daba confianza pese a su elegante forma de vestir. –permítame revisare la lista como dice que se llaman?

-Ricardo y Doria Elías- el sujeto busco rápidamente con su dedo índice. –no, no tengo a nadie con esos nombres ni apellidos solo tengo a Ofelia Elías.

-soy yo- dijo Ofelia en voz baja, pese a eso el hombre trajeado la escucho. –así que usted es Ofelia?, acompáñeme la llevare a su habitación. Al llegar el sujeto le abrió la puerta para que entrara a su elegante habitación teñida de un resplandeciente azul turquesa.-enseguida le mandare ayuda para que le muestre su habitación, soy Pit Poltc estoy a sus órdenes madame- Ofelia espero a que se fuera el sujeto extraño para cerrar la puerta y tirarse a llorar. –Ese hombre, no sé, no quiero que vuelva- Se decía así misma –los quejidos de la habitación que salió, no eran de él, ahí había una mujer- salió despacio para volver a donde había visto al jefe de servicio, pero al entrar no hallo nada solo unas trusas tiradas. De regreso a su habitación voces que provenían de abajo la distrajeron y su curiosidad la hizo bajar. Al llegar, una elegante cena de primer nivel deslumbro sus hermosos ojos de miel todo se veía de color dorado alrededor, tan resplandeciente. De repente una dulce mano tomo su hombro –es hermoso no lo crees? Tú has de ser Ofelia.- Ofelia se quedó viendo firme mente a la bella y elegante dama. –como sabe mi nombre?

-a nada del otro mundo Pet me lo dijo, yo soy Magdelia, y ya te mostraron tu habitación supongo?

-si ya- la señora Magdelia llamaba a alguien con su dedo mientras que Ofelia no dejaba de ver su hermoso y brillante vestido negro que lucía con su oscura cabellera como la noche. –ella es Cáterin y te va ayudar a todo lo que necesites, por lo pronto te va a mostrar tu vestuario y toda tu habitación, mañana hay baile y quiero que estés bella, hasta mañana que descanses. Cáterin una de las 300 sirvientas que tiene el Baiser y ella era la más joven pero, algo no se veía bien en ella se veía triste y con un morete en la mejilla. –mucho gusto Cáterin yo      soy Ofelia.- la joven con la cabeza agachada contesto –el gusto es mío señorita Ofelia.

-Solo llámame Ofelia no me gusta lo de señorita- Cáterin la llevo al ropero y sorpresa se llevó al ver tan hermosos vestidos de gala. –wow! Son hermosos, mira este azul y el fiusha, el negro como el elegante vestido de la señora Magdelia.

-sí, muy bonitos todos bueno señorita, que diga, Ofelia me tengo que retirar, la cama esta lista para dormir el baño esta al fondo y lo que guste puede llamar al teléfono que esta junto a su cabecera, solo gire el número.

-oye espera, que hay de ti, vas a estar en la fiesta, en el baile?

-solo de mesera.

-¿y cuántos años tienes Cáterin?  Cáterin ya no estaba para cuando Ofelia había volteado después de regresar el vestido al ropero.

BAILE DE VERNAY

Todos se mostraban deslumbrantes, elegantes, y tan alegres., todo estaba listo, las mesas de mantel dorado y rosado con esa música tan relajante pero amorosa y no podía faltar el delicioso pastel que caracterizaba el evento. El pastel de Vernay de pronto bajo Ofelia con un impresionante vestido perla hasta el suelo luciendo toda su hermosa figura, se veía tan hermosa, de pronto, la señora Magdelia le tendió la mano al bajar los escalones. –Que hermosa te ves querida, lástima que soy mujer sino….- sonrieron las dos tomadas del brazo caminaron a su mesa –mira te presento al señor y a la señora Ferreira y su hijo Henry.

Hola mucho gusto, tú has de ser Ofelia?- dijo Henry besándole la mano –si así es- después de una deliciosa cena el baile no se hizo esperar. Henry no tardo en tenderle la mano a Ofelia para sacarla a bailar. –espera no sé cómo se baila.

-no te preocupes todos empezamos por algo- conforme paso el tiempo bailando los dos al ritmo de la música Ofelia se sentía más relajada, tal vez sería la música, tal vez Henry, pero ella se sentía muy augusto y segura, hasta que de pronto un fuerte zangoloteo del barco hizo caer a baria gente entre ellos Ofelia que al caer logro cortarse el brazo con un jarrón. –señorita está bien, me escucha?- Ofelia estaba algo inconsciente –venga conmigo la llevare a su habitación.

Al día siguiente Ofelia despertó con dolor de cabeza. –qué bueno que despertó señorita le traje el desayuno.

-tú quién eres?

-permítame presentarme. Yo soy pisy y soy el mesero del Baiser, mucho gusto señorita, toda la noche no dejaba de nombrar a un tal Ricardo y Doria.

-enserio? Ellos son mis padres. Los has visto de casualidad? –Ofelia se seguía agarrando la cabeza del dolor. –será mejor que descansé, pronto se sentirá mejor.

-tu hiciste el desayuno?- pregunto Ofelia saboreando el panque. –mmm está muy bueno todo. Oye, y tú me trajiste hasta aquí?

-si así es, estaba inconsciente, ha de ver sido del susto.

-si yo creo, pero ya había tenido otro balanceo más fuerte.

-no lo creo este es el primero desde que salimos de la costa, ha de haber caído una bomba en el océano.

-bomba?- Dijo Ofelia sorprendida. –si pero no se preocupe falta como 5 horas para llegar a su destino, estará segura- se escuchó el golpeteo de la puesta era la señora Magdelia y Henry –Ofelia como estas?. Pregunto Henry. –muy bien gracias.

-bueno con su permiso me retiro.- se despidió Pisy. Al día siguiente

-buenos días Ofelia la señora Magdelia dice que quiere desayunar con usted en el comedor, esperare para llevarla-. Media hora despuésOfelia salió de su habitación. –¡hay perdón Cáterin por tardar tanto es que me quede dormida!

-no te preocupes.

-oye espera, que es ese rasguño?

-o no es nada solo un pequeño raspón.- a Ofelia ya le empezaba a preocupar los moretones y heridas que mostraba Cáterin día con día.

-sígueme es por aquí. El Baiser le parecía tan grande a Ofelia que cualquiera pudiera perderse, era tan relajado y elegante que la hacía sentir mejor. El duro golpe que tuvo en la cabeza le hacía olvidar algunas cosas, de vez en cuando se acordaba de sus padres y de lo que paso en el Grand pero no mucho. –buenos días ¿Cómo amaneciste?

Era la señora Magdelia con Henry a su lado, y en la mesa tenían un buffet que se veía más que esquicito, la mayoría de la cocina provenía de Francia, a la distancia se veía pisy platicando con el capitán de cocina. –disculpen tengo que ir al baño.

-¿hola cómo te va?- le pregunto Ofelia a Pisy que se encontraba haciendo guardia a un lado del baño. –bien creo.

-¿por qué crees que bien, te regaño el capitán?

-si algo así, pero nada importante.

-ok, oye ¿y tú también hablas francés?

-sí, es un requisito mi abuelo me enseño él vivió mucho tiempo en Rennes.

-pues haber cuando me enseñas francés?, me tengo que ir, adiós.

-oye espera es para ti- Pisy le entrego un papel doblado.

Al terminar el desayuno Henry se pone de pie dándole la mano a Ofelia -¿quisieras ir a dar la vuelta por la cubierta?-   Ofelia se sorprendió al ver el barco por fuera, era sorprendente sentir la brisa del mar sobre ella pero lo que más la sorprendió fue su color purpura en su exterior –te gusta?

-es hermoso.

-fue creación de la señora Magdelia, ella le invirtió el 60% y el diseño. Henry intento darle un beso en la boca a Ofelia pero ella volteo de inmediato la cara –creo que debo irme la señora Magdelia me espera- y así agilizo el paso hasta estar lejos de Henry. –oye cuidado ¿Qué pasa eh? andas muy distraída el día de hoy- con lo descuidada que iba Ofelia casi hace que pisy tire los trastes sucios. –no es nada solo que me muero de hambre e iba a la cocina.

-¿te acompaño?

-si está bien, gracias pisy.

Mientras que en la parte trasera del Baiser se oían gritos de auxilio. -¡sálvenla, alguien que la salve se está ahogando- era caterin que había saltado del barco. La lograron rescatar, de pronto Pit la tomo rápido del brazo y se la llevó hasta llegar al almacén de limpieza. –no sé qué intentaste pero de aquí no vas a salir oíste, querida este es nuestro destino ahora te quedaras ahí- de forma despreciable Pit la aventó hacia dentro del oscuro almacén dejándola encerrada.

-¿Y qué tal te pareció la comida?.

-Mmmm deliciosa, ¿pero porque no comes con migo?- dijo Ofelia a pisy. –no puedo, estoy en horas de trabajo, pero veras que un día are el mejor banquete que jamás haya hecho el Baiser, y será solo para nosotros dos.

-pues espero y sea pronto- dijo Ofelia alejándose de Pisy, que solo miraba con ojos de ilusión como se iba. Al llegar la noche toquidos se oyeron en la puerta de Ofelia, y al abrir ligeramente la puerta vio que era Pisy. –Buenas noches perdón por despertarte- Ofelia solo veía lolleno de salsa que estaba su uniforme de trabajo –a perdón hubo un evento y fue mucha la comida.

-si ya veo.

-bueno, pero vine a decirte que se algo de tus padres.

-enserio!- se sorprendió al oír esa gran noticia que hasta lo jaloneo de los hombros. –pero tranquila se eso y algo más, es sobre los secretos que guarda el Baiser, ahora no te puedo contar, si me ven aquí me matan, mejor te veo en el pasillo 5 a la media noche, que descanses- Pisy se despidió dándole un dulce beso en la mejilla.

Ofelia esperaba nerviosa en el desolado pasillo 5 donde solo la acompañaba la parpadeante luz de una lámpara al final del pasillo, hasta que llegara Pisy –gracias por esperarme señorita Ofelia.

-lo bueno que llegaste.

-¿dudabas de mí? Bueno no importa, ven tengo algo que mostrarte, oh espera esto es para ti- pisy le dio un hermoso ramo de lavanda. –son hermosas muchas gracias Pisy, mmmm huelen muy rico.

-no más que tú. –Ofelia se colgó de su cuello,  uno al otro se miraban sonrojados. –oye ¿hace mucho frio no crees?- decía Ofelia, puesto que entre más avanzaban la temperatura iba descendiendo. –esto está muy solo ¿crees que haiga fantasmas? Uuhhh jajajaja.

-puede ser- Ofelia y Pisy bromeaban tanto que ya se les había olvidado el frio que tenían, Pisy la tomo de los hombros acercándola hacia su pecho –Ofelia, yo…bueno tú me- de pronto un grito los asusto. –Caterin- dijo Ofelia sorprendida, los dos corrieron hacia el final del pasillo y al abrir la puerta no podían creer lo que veían, era Henry tratando de abusar de caterin – ¡desgraciado!- Pisy le dio tremendo golpe que lo tiro al suelo – ¿qué pasa aquí?- dijo pit “desconcertado”.

-desgraciado- Pisy lo tomo con rabia del esmoquin –esto es tu maldito negocio. Inmediatamente llegaron los guardias llevándose a Pisy y a Henry. – ¿Estás bien, que te hizo ese infeliz?- decía Ofelia a una traumada y despojada de prendas de caterin. Al día siguiente por la noche Pisy con el ojo hinchado, buscaba a Ofelia en su habitación. –ah perdón por la tardanza me estaba bañando- decía asomando la cara –enseguida salgo. – ¿pero mira que te paso?

-nada un simple regaño- dijo Pisy sonriendo – ¿y que paso con el descarado de Henry?- decía Ofelia con coraje.

-por él no te preocupes tiene todo el dinero del mundo, ni matando lo encerrarían, esa niña caterin nunca la había visto hasta hace poco ah de tener como 16 o17.

-me dijo que tenía 19.

-Ofelia- Pisy la tomo de la mano –ven quiero que vengas conmigo- caminaron por el largo pasillo número 5, el pasillo más abandonado de  todos pero el más querido por Ofelia y Pisy. – ¿sabes porque me gusta pasar por aquí? Por qué me imagino cosas lindas junto contigo.

-¿cómo que cosas?- contesto Ofelia –como darte un dulce beso.

-sabes, yo también lo eh pensado, tu eres una persona muy linda e importante para mí- se veían fijamente sonriendo uno al otro. –se ha dicho que por este pasillo paso una bonita historia de amor, pero  también una tragedia.

¿-y que fue lo que paso?- interesada Ofelia por se mostraba por lo que le contara Pisy. –era una pareja que se amaban tanto que llegando a su destino tenían planeado casarse a escondidas, porque los padres de la novia odiaban a muerte al pobre muchacho, pero ellos insistían en estar siempre juntos, hasta que un día en este pasillo fueron encontrados por el padre besándose apasionadamente, el señor furioso y sin control alguno saco su revolver disparando a quema ropa, mato al joven, desconcertado el señor soltó el revolver para huir de la escena y a sus espaldas se oyó un segundo disparo, era la joven novia que con un disparo en la cabeza le puso fin a una dulce historia. Ofelia tomo la mano de Pisy y la apretó con fuerza. –Ya llegamos-estaban sobre una cubierta llena de espesa neblina –toma hace frio- dice Pisy  poniéndole su saco. –se ve hermoso, mira todas esas estrellas y mira….- Ofelia se queda quieta mirando hacia la trompa de barco y avanzando lentamente hasta llegar a la estatua del Baiser –¿es hermosa no?- decía Pisy mirando a Ofelia como la acariciaba suavemente. –es Lady dans la douleur.

-¿Eso es francés verdad?

-si así es, quiere decir dama en pena- lady dans la douleur era una mujer apoyando sus brezos sobre el Baiser mirando hacia el frente esperando a que su amado regrese. –Esto lo hice para ti- Pisy le colgó un collar con una linda ala tallada en madera –con una sola ala no puedes llegar lejos- Ofelia respondió dándole su ala de oro –pues yo quiero que tú siempre me acompañes- ante la luz de una mágica luna se besaban apasionadamente.

-buenos días corazón- Ofelia le sonreía a pisy ante la deslumbrante luz de la mañana – ¿qué paso?

-que nos quedamos dormidos toda la noche aquí afuera.

-¿enserio?

-si- Pisy con la cara desvelada y encandilada tomo la cara de Ofelia y le dio un profundo beso de buenos días. –ven te mostrare algo- los dos caminaron hacia el sótano –aquí es.

-pero no se ve nada- respondió Ofelia –espera…taran- al encender la elegante y antigua lámpara de afrodita, un romántico y cálido juego de sofá deslumbro los ojos de Ofelia, pero no era solo eso, estaba lleno de cosas de todo tipo como sombreros, vestidos, zapatos, tocadores e infinidad de cosas que a Ofelia le encantaban. –sabes, cuando lleguemos quiero estar toda la vida contigo- ese día seria inolvidable, los dos uniendo sus cuerpos y haciéndolo en el mejor lugar jamás visto, encendiendo la pasión hasta no poder más., por la tarde se veía mucho movimiento por todos los pasillos –Pit que es lo que está pasando?- preguntaba la señora Magdelia –al parecer madame, hay un suicidio en el sótano- rápidamente bajo la señora Magdelia y al llegar no creía lo que veía. Era Caterin se había horcado justo de una viga de madera, detrás de Magdelia llegaba pisy y Ofelia, rápidamente Pisy le tapa los ojos a Ofelia que se soltó en llanto, en el mandil de Caterin se encontraba una carta que decía lo siguiente: –eh tenido una vida difícil e inútil desde siempre tan asquerosa que eh tenido la decisión de no seguir más y quiero que sepan que no todo es color de rosa en este viaje, pues a bordo del Baiser eh vivido la peor de mis tragedias al ser maltratada, golpeada, discriminada y violada, y escúcheme bien señora Magdelia Perkings, quiero que paguen por sus crímenes los déspotas de Henry y Pit Poltc que tuvieron el descaro de decirme que tenía que abortar después de abusar de mí, y de rentarme a otros viajantes, espero y esta carta no quede impune. ATT. Caterin Dial.

-bueno creo que esto dice más que ni mil palabras, o no caballeros?- decía la señora Magdelia mirándolos con ojos de desprecio –tal vez no parecía, pero la quería tanto como a mi propia hija y no me explico como usted señor pit poltc un hombre de tanta confianza y mi propio sobrino pudieron no solo robarme sino abusar y vender a una inocente niña de 17 años, si señores ya lo sé todo, escúchenme bien, no los quiero volver a ver, y nadie los volverá a ver porque se van a podrir detrás de las rejas, llévenselos- después de dar la orden con una lagrima escurriéndole por la mejilla la señora Magdelia se dirigió a Ofelia y Pisy –aun no lo sabe verdad?- pregunto a Pisy que este nervioso negó con la cabeza –síganme- Magdelia los dirigía hacia su habitación que se ubicaba en el tercer piso y a la que solo ella y caterin que se encargaba de limpiarla podían entrar –entren- al ver tan lujosa, hermosa, deslumbrante y artesanal habitación casi quedaban ciegos Ofelia y Pisy de la impresión, pero no solo veía los lujos sino lo que más llamaba la atención eran aquellas fotos en blanco y negro de la señora Magdelia –disculpe de que tiempo son?- pregunto Ofelia –pues esta soy yo a los 17 años es de 1898.

-¿que, es broma?

-no querida es hora de que sepas la verdad, este barco se llama Baiser fue hecho en 1908 en honor a mi madre y padre que fallecieron asesinados por soldados desconocidos yo quede huérfana a los 3 años quedando en manos de un hospicio donde me dieron todo, educación, alimentación y un techo donde dormir, eso fue parte de mi vida y en vida, querida, Pisy y yo ahora formamos parte de otro mundo a diferencia de ti que aún siguen en vida, puesto que estas aquí por cosas del destino se puede decir, el barco en el que venias se derrumbó al impactarse en las rocas de Afrodita que por algo las llaman los muros de la muerte y de alguna razón pasaste de forma inexplicable al inframundo- Ofelia cada vez se aterrorizaba más, sentía un frio intenso que recorría su piel, solo un cálido abrazo de Pisy la hizo sentirse más segura –tranquila tú vas a volver a casa y todo estará bien.

-mira esta foto. Él era Nolan mi novio y yo antes de partir- Magdelia les mostraba una foto de ella junto con un marinero en el muelle –le dije que volvería para casarnos, pero no fue así.

-¿y cómo es que paso todo esto?- pregunto Ofelia –un ataque de un buque alemán y el Baiser callo sin dejar rastro alguno- Ofelia rápido abrazo a Pisy susurrándole –quiero que jamás nos separemos, que vengas conmigo.

-eso es imposible- la interrumpió Magdelia –son de mundos distintos esto solo es como un sueño del que pronto despertaras- de pronto un fuerte impacto movió con fuerza el barco fue tan fuerte que dejo inconsciente a Ofelia por un instante – ¿Ofelia estas bien?

-¡vamos deprisa hacia las valsas¡- gritaba la señora Magdelia. Al salir a cubierta la noche se pintaba de un blanco encandilado como un flashazo directo a los ojos.

Al volver todo a su color, se volvió tragedia y pánico ver a personas tiradas cubiertas de sangre otras agonizando y desmembradas. –señora Magdelia se encuentra bien?

-sí, ¡ustedes sigan váyanse ahora¡- Magdelia tenía un disparo que perforaba su corazón a causa del ataque del buque de guerra 7014 de Berlín. – ¡cuidado Ofelia….¡

-¡Pisy ayuda… ¡- rápidamente Ofelia bajo a su habitación y saco un pequeño baúl debajo de la cama.

Las luces empezaron a parpadear otra vez. Un segundo golpe al Baiser, un golpe más fuerte aun que el primero, aventó a Ofelia dejándola inconsciente.

Después de unas horas despertó mirando el desastre a su alrededor, los closet deshechos, los muebles y sofá de cabeza y toda la ropa por el suelo. Ofelia salió al pasillo pero absolutamente nadie se veía solo un pasillo parpadeante y algunos gritos de desesperación se oían.

-¿señor Pet?- Ofelia vio bajar hacia el sótano al señor Pet lo cual le parecía raro ver a la única persona en el barco.

Ella lo siguió pero se detuvo al ver la escalofriante y fría oscuridad del sótano, hasta que Pet encendió la luz, Ofelia bajo a medias de los escalones, algunos quejidos se oían, era Cáterin que estaba tirada en el suelo con las manos atadas y la boca tapada.

-¡Ofelia!- grito Pisy, de inmediato subió -¿Pisy, Pisy dónde estás?- gritaba desesperada por encontrarlo, siguió caminando hasta llegar a la cubierta.

Todo se veía desolado, parecía un pueblo fantasma, nadie absolutamente nadie se oía ni siquiera el mar, algo extraño pasaba. El Baiser o lo que quedaba del el, estaba parado justo en la orilla de una isla, Ofelia al ver el exterior del Baiser no creía lo que veía.

Un abandonado y perforado barco a causa de los cañones. Inesperadamente

 

 

 

 

Llego Pet que se encaminaba con esa mirada dominante hacia Ofelia quien subía hacia la lady dans la douleur.

-Al parecer ya se dio cuenta que solo estamos usted y yo.

-¿Dónde están todos?- pregunto Ofelia.

-muertos.

Ofelia no podía confiar en Pet así que salto hacia el mar lastimándose el tobillo aun así siguió caminando mirando por todo su alrededor, cráneos y huesos humanos eran la única compañía.

Ofelia sola en esa isla como nunca lo había estado, sin sus padres, sin Pisy sin nadie.

Atardecía y el corazón latía cada vez más rápido sola y con su alma siguió caminando por la isla.

Tropezó con algo, pareciera fuera un la roca pero al ver lo que era en realidad la dejo impactada.

-no puede ser, Pisy- eran los restos de Pisy lo supo porque llevaba puesto aquel collar que su madre le había dado y que siempre llevaba con él.

Ofelia tomo el collar. Algo se empezó a oír entre la hiervas un ruido extraño y perturbador como un rugir de un animal hambriento, era un enorme lobo negro que miraba fijamente a Ofelia enseñándole sus enormes y afilados colmillos.

 

 

 

 

 

 

De la nada salió Pisy encajándole una estaca, el lobo corrió desapareciendo entre los árboles y palmas.

-ese lobo estuvo a punto de tragarme- Ofelia asustada y abrasada de Pisy no dejaba de temblar.

-no ese no era un lobo de verdad, era Pet.

Siguieron caminando hacia el destruido Baiser que extrañamente ya no estaba –vamos Ofelia encontremos un lugar para descansar.

-¿Pisy aquel esqueleto, pensé?

-¿pensaste que era yo?

-sí.

-te diré la verdad Ofelia, no sé qué vayas a pensar de mi después pero es mejor que te lo diga.

Ofelia empezaba a sentir miedo y escalofríos y desdicha.

-ella era Jenna, la conocí cuando abordábamos el Baiser tuvimos una relación durante el viaje hasta que paso la tragedia, yo le di el collar cuando el Baiser era derrumbado le dije que la protegería.

Ella llego a la isla junto con algunos de los sobrevivientes.

Yo caí en medio del océano, perdón por no habértelo dicho antes-

Ofelia al oír eso siguió caminando mirando el collar después se lo devolvió a Pisy y camino hacia la orilla del mar, paso la tarde sentada en la Orilla hasta caer la noche.

-toma te traje esto, debes de comer algo- Pisy le había preparado un poco de coco picado con agua de coco.

 

 

 

-gracias, ¿oye Pisy y la amabas?

-si- Ofelia le tomo la mano, Pisy la abrazo –ven te mostrare algo-

Los dos caminaron hasta llegar a una cueva que tenía velas alrededor Pisy las encendió con tan solo pasar su mano encima de ellas.

-no es lo más romántico pero podemos hacer que parezca.

-¿crees que entre una mortal y un fantasma se pueda sentir algo?

-creo que es mejor- el amor y el deseo los llamo esa noche sin importar quién era quien o lo que eran.

Al amanecer una voluminosa neblina asechaba la isla.

Se sentía tan fría que calaba hasta los huesos, una neblina que despertó a Pisy.

-¿Qué pasa Pisy?

-ya es hora Ofelia- Pisy no dejaba de mirar al frente le temblaban las manos y se le sentían más frías.

-¿hora de que Pisy?, me estas asustando- Pisy miro fijamente a Ofelia, la beso como nunca antes era hora de partir para siempre.

En el camino lo esperaba Jenna para abordar. Era impresionante como se veía aquel gran barco purpura como en sus mejores tiempos, elegante y resplandeciente, desde la borda del Baiser se despedían la señora Magdelia junto con Cáterin y a un lado Pisy y Jenna

 

 

 

 

 

 

Ofelia sin ánimo, sin ilusión, sin nada, abandono la isla a bordo de una pequeña lancha de pesca con la cual iba sin rumbo fijo.

Un lanchero que pasaba por el océano se detuvo justo a un lado de la lancha y miro a Ofelia durmiendo adentro de la pequeña lancha.

-disculpe señorita, ¿está usted bien?- Ofelia despertó y miro al hombre agitada y con los labios totalmente secos. El lanchero la llevaría a su destino que se encontraba cerca, Blackpool. Después de una plática en el recorrido con el hombre de la lancha, Ofelia se daría cuenta que aquella isla en donde ella venia no existía, hace cien años que la isla había sido desaparecida a causa de bombardeos nucleares.

Al llegar Ofelia se tiro en la arena mirando el mar, acariciando el pequeño baúl. Un joven se acercó a ella.

-hola.

-¿Pisy?- de inmediato se paró Ofelia –no, creo que me estas confundiendo, yo soy Nolan- Ofelia se quedó mirando el alto parecido de Nolan a Pisy.

-oh perdón yo soy Ofelia.

-mucho gusto Ofelia, que bonito baúl tienes.

-gracias.

-¿puedo verlo, si no te molesta?

-si claro- Nolan tomo el baúl y lo miro de arriba abajo, detalle a detalle, después lo abrió y se quedó fijamente sin reacción mirando las fotografías de la señora Magdelia junto con sus perlas y collares.

 

 

 

 

-¿Qué pasa te sucede algo?

-no, nada ¿en dónde lo encontraste?- pregunto Nolan devolviéndole el baúl.

-no me lo vas a creer si te digo.

-este baúl perteneció a la señora Magdelia.

-¿Qué, la conoces?

-soy su bisnieto, por cierto ¿a dónde vas, no te ves muy bien?- Ofelia tenia aquel vestido antiguo roto con el pelo revuelto, la cara manchada y hambrienta.

-hacia ningún lado, la verdad no tengo a donde ir.

-bueno, si quieres puedes venir conmigo hay lugar disponible en mi casa.

-está bien, pero solo por un tiempo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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