Al sur de la ciudad
Entre montañas y gentes
Que no dudan en eso de soñar,
Veo pasar un cometa, y al fondo azul intenso
Y la tarde se parece un poco
A la de mi pueblo;
La vida no era solamente amar,
la vida tampoco era escapar,
la vida era vivir, era estar aquí.
A ratos pido volver, al lugar donde nací,
Al lugar donde los sueños
Me parecían más que posibles,
En un rincón de la casa
En un rincón muy solitario
Solo yo y mi alma;
El tiempo ahí pasaba fantástico,
El tiempo hacía que todo fuera mágico
Entre las tardes y mis letras,
Entre mis ojos.
No volveré jamás,
Así como la ciudad
Mis labios se marchitaron preguntándose cómo besarán
Aquellos labios intrigantes
Aquellos labios distantes;
Así como la ciudad
Los pensamientos se empaparon bajo el aguacero
Porque con sólo imaginar
No vendrá el amor a decirme “Te quiero”,
No vendría jamás, no a donde mí.
*
Hoy todo sigue pasando, como siempre,
Entre los niños veo algo mío hace años:
Mi alegría, la alegría de otros septiembres
Tiempos más diferentes;
Quizá eso extrañe, extraño esa vida
Pero hoy
Hago de mis momentos esquelas empolvadas,
Hago de mi soledad una luz en mi ventana
Que me alumbra un poco.
En cuanto a los demás,
Escucharán de su Dios que es mejor aparentar
Que ser olvidados.
En cuanto a mi amor,
No le permitiré burlarse de mis labios
Para que en su corazón
Presuma haber amado a cientos de su lista.
En cuanto a mí,
Le regalo la libertad a mi propia vida
La tristeza y la tarde, que disfrutó verme sonreír,
Que me invitaba a morir, en silencio,
En un azul intenso
A las cinco de esta tarde.
*