Como los días y las noches
que van ganando terreno
en la Vida hasta dejar el
puro hueso;
así tu amor razonado y razonable;
sin excesos ni dudas,
sin jadeos ni locuras
fue minando la tierra de mis deseos,
hasta dejar una
sombra mortecina
que se desliza silenciosa
entre tu razón y mi vida.
Namid
(Abril 02 de 2.009)