Aquí, con el cigarro y con la pluma,
retando a la noche,
que se viste de nubes, oscura,
de misterio;
ni el ruido que se ausenta
me acompaña,
se ha marchado al entrar
la madrugada.
En este momento soy yo, nadie más.
Así, simple, sin disfraces;
cuanto me cuesta el tratar,
el intentar no ser ese llanto que mis
ojos nubla,
no hay razón para negar la sola y
gris apariencia de tanto mueble roto.
¿Qué hice hoy, que merezca una
sonrisa, y no una carcajada?
Sinceramente: nada.
He seguido la costumbre del jaguar,
viajo solo, hace años,
quince días con hembra cada vez,
es suficiente;
me alejo, no hay promesas,
termino guardando los recuerdos.