que vaga sin rumbo en medio del silencio.
Sólo tres habitamos en este lugar,
mi alma, la tristeza, la soledad.
Mi tronco está desnudo
y mis ramas siguen descubiertas,
esperando las alas de tus besos
vuelvan en ellas a anidar.
Duermo en donde me atrape la noche,
abrigado por la niebla de tus caricias
y las raíces de mis pesadillas;
añorando traspasar la laguna de mis ojos,
que me impide imaginar tu sonrisa.
entre árboles y recuerdos,
camino gritando tu nombre
pero el frío congela mi aliento.
El bosque está azulado y abandonado
y sabemos que ya nunca volverás,
intento mirar el cielo buscando respuesta
a mis deseos de hoy poder descansar en paz.