Perversión imaginativa
dirigida por un ejército de serpientes
estimuladas por secretos del subconsciente.
Deseos siervos de la provocación
el paseo se torna dantesco
y su apariencia pecaminosa seduce con culpa
atravesando caminos desolados
despues de entregar piel en situaciones inmediatas.
Al despertar, el lugar etéreo y rústico
es la difamación de la libertad,
cuando todo límite sobrepasado
no deja más que incertidumbre y arrepentimiento.
Hoy agradezco mi mente avarienta
y el presente carcelero que evita mi caída
al darle vida a mi salvajismo