A medida que el tiempo pasa
Va mi locura de rastro en rastro
Como el ámbar violeta
Que amanece cada día
En la soledad de mis entrañas
Se encuentra un niño perverso
Inocente y olvidado.
Cada día que existo, me olvido del mundo,
El mundo es un rastro sublime de nuestra locura
Estar en el pasado con las heridas que se cerraron,
Sin embargo la cicatriz está ahí
Palpable y sin laberintos
Olvidando mí ser, mi todo
Mi propio corazón
En las manos como un niño, acabado de nacer
Miro hacia atrás
Me acuerdo del mundo
Aquel que he dejado atrás
Con las locuras e mi perdición
Gente y más gente
Olvido, existo y vuelvo a existir
La llama que alguna vez fue nuestra vida
Ahora contempla los recuerdos
Y se apaga lentamente,
Un suspiro cósmico,
es lo que queda de nuestra existencia.