No.
No recuerdo despedirme.
y fue un dolor tan profundo que me ayudó a sobrevivir.
Repetía tantas veces
¿por qué?
¡No soy malo!
¿Explicame?
¿El fuego es tán fuerte que termina calcinando todo?
O es el tiempo aún, más fuerte que el fuego?
No recuerdo despedirme.
Aún así,
tu sonrisa en mis sueños es tranquila, sincera.
Más tú imagen se desvanece como las huellas en una tormenta de arena.
¡Y te recuerdo!
El sentimiento sigue ahí, intacto,
como la frase escrita en el maguey, que deja su marca cada día más profunda.
No.
No recuerdo despedirme.
Pero algún día lo haré.