y vuelva la calma a mi corazón,
diré al mundo lo mucho que te quise.
Cuando la nostalgia haya muerto
en mi alma, recogeré las hojas secas,
las apretujaré en mis manos
y agradeceré el haberte olvidado.
Cuando los rencores que hoy viven en mí,
hayan dado paso al amor, podré decirle al mundo
lo mucho que quise dar
y nadie quiso recibir.