Bajo mi mano bailarinas descalzas danzan
En cada nuevo paso tiñen de negras grafías
el níveo y mudo escenario
Víctima de un poderoso influjo les permito nacer
entre espasmos de dolor y alivios momentáneos
Me alegro al descubrirlas llenas de vida
¡Bienvenidas sean! ¡Que comience la poesía!
Elena Ortiz Muñiz