El tiempo nos inicia
crecemos con él
habita nuestros huesos
ahuecando de forma imperceptible
nuestros días, nuestras noches;
llega una tarde sin
que la nombremos
que nos arrincona
y palpamos extasiados
sus estragos en
nuestra memoria
/de mentiras y verdades/
Vamos de regreso
empuñando recuerdos
que ya comienzan a
ser hojas secas
de árboles que sangran
la piel; echamos mano del
esqueleto que somos y
lo arrastramos de regreso
a la tierra,
que recibirá amablemente
las cenizas que ya somos.