Oh! Manes y espíritus esquivos
El divino misterio de las almas vividas
Vivas en los siglos de espacios y tiempos
Olvidadas, vagando en búsqueda eterna
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Explicádme! Oh! Tiempos perdidos
Los insondables caminos de esas almas
Que vagan por mares y tierras
En el destino ineluctable de reunirnos
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Dime cómo, oh! Dioses, del amor aeternus
Qué magia hacen vivir por siglos
A esas amantes errantes almas
Que despreciando muertes y olvidos
A encontrarse se saben dulcemente condenadas
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Cántame a mi oído el néctar bebido
Del amor ya vivido, ora renovado
En gustos y aromas sabidos
Lecho de pétalos depositados
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Dádme la gracia del entendimiento
Cuando de vivir la gracia se trata
Del descubrimiento de esas almas
Que anhelantes, claman el ansiado encuentro
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En suave lecho de blancas rosas
Deposita los cuerpos piel trémula
En la que buscadas almas gemelas
Reúnen sus intemporales ansias
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Milagro renovado a través del tiempo
Del espacio y distancia ignorado
Que porfiado de pérdidas olvidado
Vuelve a traer el ser amado
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Oh Decídme! Hados del tiempo de los siglos
Que mis sueños no serán vanos
nuestras almas encontradas en la gracia renovada
semillarán el amor en los cuerpos deseados
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Hacédlo oh! Dioses del cielo
Que al alma amada debo
Darle la buena nueva esperada
Del encuentro sabido aún en la añoranza
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Hacédlo, os lo pido os lo ruego
¡Dioses del cielo!
Para mi cuerpo y alma nada pido
Sólo para mi amada deseo
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