Me acuerdo
y se me hiela el suspiro
que inevitablemente escapa
y se me hierve el cuello
que es donde posaste tu mano
y donde la dejaste
por un segundo,
dos,
tres,
y tomaste control de mí,
y tomaste las riendas de mi cuerpo
y de mi cara que pusiste frente a tu cara
y de mi boca que quedo frente a tu boca,
muy junto a tu boca
y nos miramos,
muy nos miramos.
Y te reíste.
Y yo me moría,
porque no entendía,
y siete,
ocho,
nueve,
y yo me moría,
porque no entendía.
Y vos te reiste
porque yo me moría.
Pero vos no sabias
porque eras mi amigo
y lo mio era secreto
muy era secreto,
y veinte,
veintiuno,
venintidos
segundos
de un beso
que sigue esperando,
y todavía cuento,
porque el calor de tu mano
sigue estando
en mi cuello
que hierve
y sigue estando
mi suspiro helado
rozando tus labios sonrientes.