sin ser capaz de hallar la salida,
oscuridad levitante que acongoja
vida, nueva vida dispuesta a luchar;
lucha incesante con uno y mil monstruos,
indestructibles horrores que habitan la tierra.
Todo es creado por algo o alguien
razón más que suficiente
para creer que todo no es al azar,
azar de azahares desperdigados por el mundo
cayendo sobre el susodicho, el correspondiente...
Encontré mi camino, lo seguí y hallé la salida
es por eso que obtengo un halo de esperanza;
haber salido del embrollo que me contenía.
Respiro con fuerza, aunque con un nudo en la garganta
y un dejo de temor, desesperanza e irracionalidad,
veo la luz, muy brillante y enceguecedora
más allá, más allá de la salida que, al fin, he hallado
será que podré penetrarla
continuando el sendero que conduce a ella.
El paisaje siniestro comienza a tornarse hermoso
agradable aroma a hojas, tierra húmeda , piel animal,
agua rozando roca y descendiendo en cascada,
sol dorado evaporando esa humedad retenida, en verde, en vida.
He tomado la decisión correcta
he puesto en marcha mi brújula inherente,
he de cruzar caminos pedregosos y olvidados
inhóspitos parajes, fríos y calurosos
donde se consumarán mis pensamientos
en una y mil sendas
que volarán al cielo
esperando que alguien se compadezca de ellas,
las tome y desee hacerlas parte de la realidad
al haber descubierto de donde provenían
quien con sonido gutural, ondas psíquicas
o pequeñas lágrimas saladas
ha dejado aflorar su alma
pidiendo una sola cosa...
ser escuchado.