LA MUERTE PRESENTE
“MATARON A LA MUERTE…”, “MATARON A LA MUERTE…”, gritaba bigotes por la calle cuando pasó corriendo a la casa de su primo, papá de la muerte, a darle la fatal noticia del asesinato de su hijo. Al escuchar la algarabía de bigotes, doña Gloria salió a la calle para enterarse de qué era lo que había sucedido y cuenta ella misma que: “yo le dije a bigotes: qué pasó papá? y él me dijo: que mataron a la muerte mamá y entonces yo le dije: mataron a la muerte? pero no quedó vivo?”. Si porque es que cada rato sacaban el mismo cuento y el hombre ahí.
No se sabe porque le decían la muerte, lo que sí se conoce es que de sus escazos 25 años de vida fueron muchos los años que convivió con la muerte debido a su desordenada vida. Este muchacho del pueblo era el líder de una de las bandas bravas del américa de Cali, ese fue su gran talento. La muerte fue de aquellos que hicieron de su fogosidad por el fraternal deporte del futbol una motivación para robar, violar y hasta matar. En su irracional enardecimiento por el américa, la muerte se escudó para cometer todo tipo de delitos, fechorías y atropellos contra la sociedad en general y por ese camino pisoteó también a su misma comunidad.
El velorio de la muerte fue algo muy especial, tan especial como lo fue la vida de este hombre. El velorio de la muerte fue una rumba, todo un insólito espectáculo, tan extraño como normal. Es algo muy extraño porque nuestra cultura nos induce a manifestar dolor y aflicción ante la despedida definitiva de un Ser Humano, pero también es normal que se sienta un cruel descanso por tratarse de una persona dañina tanto para la sociedad como para sí misma. Lo único que sí es algo ilógico es que la fiesta la hicieron sus familiares y amigos, mientras que el resto del vecindario observaba con cierta molestia la forma como perdió la vida su insensato verdugo.
Pero como si fuera poco este absurdo juego de palabras y ademanes, el mensaje de despedida de familiares y amigos del susodicho muchacho es bastante contradictorio. En un enorme afiche y en letras rojas se leía “LA MUERTE PRESENTE”…