Ya son años y sigo buscándola, soñé con ella cuando tenía catorce o trece años, y seguí soñando con ella en el transcurso de mi adolecencia y mi madurez. Hoy tengo mas de treinta y aun se me aparece entre sueños, me ha prometido que pasaremos el año nuevo del 2000 juntos (aunque en realidad me ha dicho que celebraremos el cambio de siglo, y como algunos dicen que recien se cambiará de siglo el año nuevo del 2001...).
Ella se aparece de nuevo en frente mío, la he visto convertirse de niña a adolecente y de allí a una hermosa mujer, sin cambiar nada de lo que debería ser, incluso tiene ahora una pequeña cicatriz en el cuello bajo la oreja derecha que según me cuenta se lo hizo en un accidente de automovil hace un par de meses.
Se queda allí conmigo y me pregunta porque el cielo parece moverse entre una tonalidad y otra de colores, porque las nubes viajan raudas y forman tormentas que no caen y nieves que no enfrían, todo eso la confunde y cierra los ojos, no quiere mirar aquello que a empeado a marearla. Yo miro el cielo y lodejo azul, como en un medio día de verano, con el sol en el zénit y bandadas de rastros de nuves que viajan al compas de un viento siempre presente, no siento el calor del sol, pero si la brisa que forma el viento.
Se acuesta en el prado que acabo de formar para ella y me llama con los brazos, me hecho al lado suyo y siento sus brazos que me rodéan, termina hechada en mi pecho mientras yo la abrazo y le beso los cabellos.
De pronto me mira y sonríe, sonríe con una felicidad inmensa, se acerca y me besa en la boca, cuavemente, casi con miedo, es la primera vez en mas de quince años que siento (o que imagino) que ella me besa. Luego se suelta suavemente, se sienta y levanta la cabeza al cielo, se toma de las rodillas y vuelve a mirarme, yo la miro a contra luz del sol que a disminuido su brillo a mi voluntad, para que pueda distinguirla mejor.
Le mando un beso, ella responde.
"Sonríe- me dice - casi no falta nada"
Sé a lo que se refiere, pronto la tendré junto a mi, no solo en mis sueños estoy conciente de ello y lo espero con la misma alegría con la que ella me lo dice.
La brisa sopla fuerte, un polvo que no debería existir me nubla los ojos, me limpio la cara y ella ya no está a mi lado. La brisa revolotea mis cabellos, no debería estar aquí, nunca pensé en la brisa pero siempre está conmigo, con nosotros.... Tantos años y acabo de darme cuenta que la brisa, el viento, y las cosas que no deberían estar allí, ella las trae cuando sueña conmigo...
F I N