PROTECTORA
SI la vida fuese perfecta y las calles, los bosques y los arboles fueran tan tan verdes como el fulgor de los amantes que sueñan o de los mirlos que cantan de paz sobre las mañanas, no estaria hoy frente a este estupida litera aclamandole al cielo en busca de la libertad, sintiendo el olor marchito y pesado de la rutina, hasta el sabor de la merienda. A ver, que no tengo la culpa de que ese animal se hubiese atravesado en el tejer de mis dias y destruyera con su piel y con sus uñas todos los planes que tenia para el fin de semana, tampoco tengo la culpa de que ese maldito rufian este el dia de hoy, algunos metros bajo tierra.
Todo comenzo hace ya cuatro dias, creo que un martes y hacia calor. A mi me gustaba salir a caminar por las mañanas para ver como las calles, los caños y los arboles se quedaban mirandome con esa mirada triste qye se inpregnaba en las manos, en los zapatos. Solo que ese dua ni fui a trotar por que mamá me habia castigado y tenia prohibido salir,