Este señor ya lo había nombrado en el artículo Ícaro, un hijo desobediente; era lo que llamamos en Colombia un todero, o sea un tipo que se le mide a todo y, por lo general, lo hace bien. Sobre todo era arquitecto y por eso se le encargó el diseño y construcción del Laberinto de Creta que era un enredo el hijuemadre que se podía entrar pero salir ni puel pu. Recuerden mi cuento de El Minotauro. La otra gracia que hizo en su vida fue dos hijos: Ícaro y Yápige, del primero ya sabemos y de la segunda no hay noticias.
Dédalo y Perdix
Dédalo era un señor muy creativo pero no soportaba la competencia, como quien dice tenía el Ego a mil y esa fue la perdición de su sobrino Perdix, hijo de su hermana quien aprendió muchas cosas en su taller y lo superaba: por ejemplo inventó la sierra con una espina de pescado y un pedazo de hierro; con dos puntillas de la época hizo un compás y si su tío no lo mata capaz que hubiera inventado el computador, jajaja, es un decir, este pedazo no me lo crean. Lo cierto es que Dédalo se puso envidioso de su sobrino y la envidia no lo dejaba dormir Envidia creo que era la muchacha del servicio).
Lo cierto es que el viejo un día estando en lo alto del templo de Atenea (la que salió de la cabeza de Zeus) le pegó un empellón para que se destutanara contra el suelo pero la diosa lo protegió de morir convirtiéndolo en ese pájaro que lleva su nombre, la perdiz; esta ave no anida en árboles son en sitios altos y templos como las palomas en Colombia que adornan las fachadas de las iglesias y se cagan en los feligreses pero con mucho amor. Por este delito Dédalo fue juzgado y condenado al destierro. Lo que no me explico es cual crimen si el muchacho no murió, o sea que lo juzgaron por un empujón y un acto de magia ajeno… en eso no me meto.
En su vagar de desterrado llegó a Creta y fue acogido por el rey Minos que le da trabajo y varios encargos como una estatua de bronce y una pista de baile para su hija Ariadna, creo que la chica deseaba montar una discoteca pero le negaron el permiso. Pero lo más importante fue el laberinto para encerrar al Minotauro. No les repito la historia porque ya la conté y lo que pasó después con Dédalo y su hijo Ícaro que por desobediente se dio contra el mundo. Lo cierto es que Dédalo llegó sano y salvo a Sicilia bajo el cuidado del rey Cócalo, donde construyó un templo a Apolo en el que colgó sus alas como ofrenda al dios.
Mientras tanto, Minos buscaba a Dédalo de ciudad en ciudad, proponiendo un acertijo: ofrecía una caracola espiral y pedía que fuese enhebrada de principio a fin. Cuando llegó a Camico, el rey Cócalo, sabiendo que Dédalo sería capaz de resolver el acertijo, buscó al anciano. Éste ató un hilo a una hormiga que recorrió todo el interior de la concha, enhebrándola completamente. Minos supo entonces que Dédalo estaba en la corte del rey Cócalo y exigió que le fuese entregado. Cócalo logró convencerlo para que tomase primero un baño, y sus hijas lo mataron entonces quemándolo con agua hirviendo. Que hijuemadres, y después dicen que todas las hijas quieren al papá, por aquello del Complejo de Electra que queda pendiente para otro artículo.
Edgar Tarazona Angel
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