ACLARACIÓN: "Hacerle gancho a alguien", en mi país
significa "conseguirle una cita con quien le gusta"

- Bueno Pablo,  prometo que te ayudo; pero tienes que hacer lo que yo te diga.

- Es que  cuando la veo me agarra una revolución en la panza y no me sale una palabra.  -Replicó Nacho.

- Qué dices, si los he visto conversar un montón de veces.

- Claro, porque hablamos de cualquier cosa, pero cuando pienso cuanto me gusta, me dan ganas de salir corriendo. -comentó  ruborizado  Pablo.

- No es para tanto, ni que fuera tan difícil.

- Que vivo eres Nacho, a ti porque no te gusta.

- Eso dices tú  -rió  con ganas Nacho

- ¡Es broma! , pero deberíamos pensar en algo.  ¿Viste que  siempre se me ocurren ideas buenísimas?

- Más o menos, acuérdate de  aquel día que me dijiste que le llevara flores a la maestra, para que se olvidara que me había puesto en penitencia. ¡Casi me muero del susto! era alérgica la pobre y terminó internada.

- Bueno Pablito pero todo salió bien, no pasó nada. ¿Qué me dices de la vez que le copié los deberes a Cecilia para que no se cansara? La  Ceci estaba re feliz.

- Si claro, hasta que la maestra le dijo a la madre que la llevara al oculista. ¡De diez oraciones te comiste cuatro! - contestó Pablo.

- ¡Bueno, es que no te gusta nada!  -lo increpó Nacho-  tiene que ser más positivo, si no siempre te va a ir mal; hay que ver el lado bueno de las cosas.

- Esta bien;  no des más vueltas y dime  qué tengo que hacer.

- ¿Qué tienes qué hacer para  qué? -se sorprendió Nacho.

- ¡Para que “Lu” se enganche conmigo!  ¿De qué estamos hablando?

- Bueno sí, déjame pensar en algo ¿Sabes  que creo Pablito? Que a las mujeres, hay que matarlas con la indiferencia.

- ¿Y eso con que se come? -dijo Pablo demostrando su ignorancia al respecto.

- Nunca entiendes nada. Mira que  fácil: cuando la miras, tienes que tratar de que no se de cuenta.  Si vas a un lugar porque sabes que ella esta, haces de cuenta que fue  pura casualidad. ¿Y quieres que te enseñe lo mejor? –Pablo asiente  con la cabeza- Háblale de otra chica - insistió Nacho – cuéntale por ejemplo, que te gusta su amiga. Eso la pondrá loca; te juro, que se va a morir de celos.

- No sé, parece  una buena idea, pero no  me animo Nacho.

- Déjalo por mi cuenta que yo te voy a dar una mano Pablito y no me lo agradezcas. ¿Para qué estamos los amigos? Vas a ver que funciona. Mira, allí viene “Lu”.

- Hola chicos, ¿qué hacen?

- Nada, hablábamos  de chicas; de quien nos gusta, nada importante.  ¿Verdad Pablo?

- Si,  verdad.

- ¡Genial! cuenten que me muero por saber. Exclamó Lu.

- Me…mejor hablemos de otra cosa. -tartamudeó Pablo y prosiguió diciendo:  Me acordé que mi madre me prometió que hoy, me va a llevar al Parque  a  andar en bici ¿quieren venir con nosotros?

- ¿A quién le importa andar en bici?, vamos Pablo,  dinos  de quien gustas -lo apuró Nacho.

- Tengo una idea,  -intervino Lu-  mejor cuento yo primero para que él se anime.

- Esto se pone re bueno dinos  Lu, quien te gusta. -Se apresuró a preguntar Nacho.

- No voy a decirles el nombre, lo tienen que adivinar. -ironizó  Lu muy seductora.

- ¿Va al mismo colegio que nosotros? ¿en qué clase está? -Preguntó avergonzado Pablo

- Si.  -respondió ella- va a nuestro colegio, tiene trece años igual que nosotros y es muy bueno.

- ¿Y lo conocemos? - indagó Nacho con gran picardía en la mirada

- Obvio que lo conocen chicos. Bueno basta, yo ya dije demasiado, ahora le toca a Pablo.

- Es tarde mejor me las tomo. -Exclamó Pablo mientras sentía que el calor encendía  sus mejillas.

- No te vayas amigo -se apresuró a decir Nacho, viendo que su amigo emprendía la retirada- Ahora te toca a ti.

- Pero bueno Pablo, larga de una vez. -indicó Lu.