De Atocha a Pozuelos en Renfe, con la mente en neutro, sintiendo correr los arboles en reversa, intuí, más que ví, un cartel que decía algo. Vi al fondo, un pueblo lleno de esferas blancas sobre los techos...
¡Coño! Había descubierto un nido de ángeles!! Emocionado le hablé a Mary de los huevos y los ángeles y le pregunté el nombre del pueblo y con los ojos en otra cosa, me contestó, pues...no me di cuenta.