Optimismo, muy temprano en la mañana salió, saltando de alegría por las calles del porvenir, silbando alegres melodías, bailaba al son de las mismas, con sus dedos índices saludaba a todos que veía, apuntando y guiñando el ojo con entusiasmo y alegría. Verlo era contagioso y a la gente le agradaban sus pasos comicos y victoriosos; vestido de blanco, con su nuevo traje de chef y gorrito blanco, optimismo bailaba de alegría. Nuevo día, nuevo trabajo, soy un chef, tatatata soy un chef tatatatatata. Se montó en el metro, se montó en el bus, y el moto taxi también.
Al llegar al lujoso restaurante, saludó a todos con gran humor y entusiasmo, choca esos cinco, choca eso cinco, uhuhuhu. Entrando en la cocina, ¡Buenos días!, a todos saludó,- Buenos días, su jefe le respondió y estrechando su mano, en la otra le entregó un saco de cebollas. Mudo, perplejo y sorprendido optimismo quedó, con ojos de gato, optimismo quedó, tomó el saco de cebollas y picarlas se fue; pensando en sus adentros, cinco años de estudio, para ser el mejor chef, tanto me costó, cortando y cortando cebollas, amargamente lloró, sus ojos como cataratas del Niágara, muchas lágrimas lloró. Con ambas manos el cuchillo tomó, y descargando su ira y frustraciones al saco de cebollas destrozó.
El jefe al ver a optimismo en esa posición, solo le dijo, ¡Córtelas más pequeñas por favor! Optimismo, fuertemente respiró y con el pulgar hacia arriba y una sonrisa, le dió, y pensando en sus adentro - un profesional soy, esto es solo un pequeño guión ( - ), del paso de la vida que hoy aprendo yo. No todo es chocolate, lodo hay también, como las hay verdes, maduras también. Sacó su nuevo pañuelo y sus ojos secó, se rió un poco y trabajando con alegría, optimismo prosiguió, entonando silbidos, silbo, silbo y silbo.
RAR/ 2021