Un río de cuerpos en diferentes direcciones inunda las avenidas de esta ciudad amable, generosa, tirana y apestosa.
Rostros agrios, lánguidos, miradas vacías...bultos que se atropellan, chocan, codean, maldicen, empujan; soy parte de este reguero, afanoso me agito, me muevo, acelero más el paso, tropiezo, me mareo...y caigo, caigo dentro de mi... me digo: -el afán envuelve, nos distrae de los abismos interiores, cobija con un manto de "alguien nos espera, alguien nos necesita", aunque no sepamos quién... el afán conjuro contra la lentitud de nuestras vidas grises, anodinas.
...me discuto y con la nariz rota, las rodillas raspadas y el orgullo en el culo me grito: para dónde va guevón!!!...siempre tan solidaria la bestia...cuál afán, pendejo!!!! Si soy un puto desempleado... y nadie me espera y nadie me necesita...
Namid Amador