Vivimos en un mundo tan abstracto, tan complicado desde un punto de vista de relaciones humanas, que a veces es muy difícil no confundir tristezas con felicidades.
Y claro porque desde niños, venimos arrastrando cientos de errores y conflictos internos, que a una edad adulta, nos es muy difícil enderezar el camino y continuar viviendo una vida que nosotros consideramos un éxito.
Quizás porque cada uno carga sus cruces como puede y ya que nadie se atreve a decirte, lo que sabe el fracaso, es preciso que nosotros los escritores, que tenemos esta fuerza de la palabra podamos enderezar el camino.
Nadie nos enseñó a vivir, quizás comenzamos el camino con cientos de ilusiones y muy pocas certezas, sabiendo que podíamos encontrarnos con muchos obstáculos en el camino y aun así continuamos caminando.
Que fácil resulta la vida a un joven de veinte años, que mira a su padre de cincuenta y piensa, jamás seré como el, hare cosas grandiosas, tendré una familia perfecta, conseguiré logros económicos y sociales, sere el centro de la fiesta y demás.
Pero cuando el tiempo empieza irremediablemente a transcurrir, nos empezamos a parecer a él, cada vez más, quizás porque no encontramos la manera de cumplir nuestros sueños, quizás porque las cosas no eran tan color de rosa como pensábamos.
Ya no buscamos la felicidad de los sueños, más bien después de los treinta años, empezamos a conformarnos con lo que hemos logrado y adaptarnos a eso, como si esos fueran nuevos sueños y más reales.
Quizás no han dicho tantas veces que NO, que nos hemos creído que no podíamos y somos como el cuento del elefante encadenado que por más que tiraba de la cuerda cuando era pequeño no podía cortarla, ya de grande el mismo elefante estaba encadenado a una simple estaca clavada en el suelo, pero sabiendo que ya no se podía, nunca más lo había intentado.
Nosotros lamentablemente somos como aquel elefante, que estamos convencidos que las cosas son así y no buscamos romper la cadenas y decidirnos a vivir al vida que tanto hemos querido.
Me gustaria querido lector, que te sientes y reflexiones sobre cómo quieres que sean tus próximos años y lo que es más importante, que peso quieres que tengan las cruce que todos debemos de una forma u otra carga a lo largo de la vida.
Tu Amigo. Andres Lacrosse