Pues igualmente me gustaría empezar a decir estoy aquí de nuevo, o no sé, cosas así. Pero le reloj avanza como siempre, veo las sillas y siento que alguien ya estuvo sentado ahí, a pesar de que ya no hay nadie. Escucho el grito seco del atardecer, me voy a acostar, mis rodillas están frías y secas, y pienso que mañana será un día mejor.
Despertar con el grito de la vida a las dos de la mañana.
Me levanto a orinar y a tomar agua pero que cosa tan mas extraña.
No quiero decirte que ya no te quiero ver más.
Es solo que tú sabes esas cosas: necesito mi espacio y nada más.