Me resulta confuso pero a la vez es algo muy familiar. Me refiero a que no es algo que no haya vivido ya. Sensaciones que ya sentí, que ya viví, que ya encarné…perdón que lo diga tan fríamente, pero no eres el primer cielo que intento tocar, ni eres la primer bocanada de aire capaz de llenar mis vacíos…sin embargo, como tantos otros que quedaron atrás, no eres más que un cielo inalcanzable, una ráfaga de viento libre que solo roza mi piel involuntariamente. O eso me obligo a creer, porque al mis ojos encontrarse con tu mirada, al mis manos encontrarse con tu piel, al mis oídos encontrarse con tu voz, mi corazón estalla y dice que te amo, mi corazón estalla y susurra que me amas…siempre susurrando y confabulando sentimientos. Y se equivocó tantas veces, me provocó tantos flagelos, me llevó a tan tormentosos llantos, que ya no puedo creer, ya no quiero creer, ya no sé creer.
Me resulta muy confuso porque el corazón susurra, el espíritu grita, el cuerpo desea, los ojos se desvían, el alma se incendia y mi mente no hace más que diluviar razones para volver a la nada. No eres el primer cielo que intento tocar y no eres la primera persona que me da alas. Flota por el aire una familiaridad incomoda en el sentir…incomoda porque ya no se que hacer, que decir, que sentir. La marea me llevó contra las rocas tantas veces, que elijo creerte intocable por miedo a naufragar.