Madre, te fuiste para siempre en la madrugada del día (30) de enero del año pasado (2020). De ti, solo me quedan claros recuerdos de mi infancia, la adolescencia y el alma amiga de tu ser maternal acompañándome. Todo lo guardo de manera asertiva en el disco duro de mi existir. Hoy 9 de mayo, otro día de la madre que paso sin tu presencia, y en circunstancias peculiares de prevención para evitar la propagación del genoma del virus “Covid 19”.
Si estuvieras viva madre, no verías mi expresión emocionada y alegre de verte por estar cubierta media cara por un” tapabocas” de tela especial; de igual manera pasaría contigo, por el “tapabocas” quedaría oculta de tu faz esa expresión alegre, amable y feliz de ver (tus hijos) reunidos cada año contigo en esta fecha. No habría abrazos apretados de afecto ni besos y caricias por prevención de contagio.
Hoy día 30 de mayo, me encuentro en el Parque Cementerio El Paraíso, frente a tu sepulcro; he tocado tú lápida tres veces para decirte que ¡estoy aquí!, Que he venido de muy lejos lloroso y compungido a saludarte en tu día; En cuclillas quité la maleza y adorne con flores frescas multiformes de colores tu morada sepulcral.
A mi derredor hay muchos sepulcros floridos, muchas personas los visitan este día, los escardan y decoran con amor fraternal. Otros en cambio están perdidos entre la maleza, abandonados a su suerte por sus dolientes ¿quién sabe hasta cuándo?, tristemente olvidados talvez desde el día de su inhumación.
Madre, no te concibo cerca. Yo, sé que tu espíritu no está bajo ese túmulo de tierra negra que abriga tus restos fríos inhumados cual manto sagrado de filigrana. Que lejos te encuentras de mis ojos, mis oídos, y mi ser. Quisiera que tu recuerdo armonizara mi ego con mis múltiples estados de ánimo y mis cambiantes emociones. Yo sé que los muertos en cualquier sitio descansan en paz. Pero de la soledad al olvido solo hay un paso doloroso que todos tendremos que dar y afrontar algún día con la muerte. Este día, me queda mis preces y mis lágrimas embalsamando la tristeza de mi corazón y la súplica que desde donde te encuentres madre, guíes sin desampararme mis confusos pensamientos y me reconfortes en cada paso que doy. para bien en la vida.
Reconozco que el tiempo transcurrido no ha sido sanador conmigo porque todavía no he superado el duelo. Mis labios marchitos, no han vuelto a sonreír de tanto llorar y llorar noche tras noche. Las mágicas palabras “Nada por aquí, nada por allá” no van conmigo en este momento, porque no he logrado prevalecer en la distancia entre el pasado y el ahora, marcado por tu ausencia. “Yo mismo no puedo explicarme ¿qué me pasa? ¿por qué estoy así? Temo por eso, porque, no soy yo cuando comprendo mi orfandad y la realidad aflictiva de ser un huérfano más en el plano terrenal sin el amor maternal que jamás volveré a tener.
En un ángulo tenso y oculto de mí interior, tu muerte me dolió, y mucho. Fue un hechizo lo que pasó. Aún no puedo olvidar el triste episodio de tu partida al más allá aquella madrugada. Pasaste de ser “madre terrenal” a ser mi “madre cósmica”. Solo cuando te pienso o por alguna señal eventual, aflora la remembranza de tu imagen alumbra mi oscuridad como un halo de luz intermitente de cocuyos celestiales. A veces mientras el tiempo avanza irremediablemente, recordarte por un momento, me produce un singular efecto de daño psicológico muy perturbador para mi salud. Con esto, no quiero pecar de intenso ni melancólico; creo que, lamentándome, lograre apaciguar mi alma de este infinito dolor que me causo tu partida. ¡te extraño mucho, enano verde ¡
SIGNIFICADO DE FRASES
- Parque Cementerio El Paraíso: lugar tranquilo de recogimiento, lleno árboles floridos y jardines multicolores, donde se preservan a perpetuidad la memoria de nuestros seres queridos.
- Enano verde: sobrenombre puesto a la mamita cariñosamente.
