En un mundo de núcleos, dulce niña, decidiste ser una mitocondria, olvidaste tu vida para combatir a la química fiel enemiga de la biología, enseñando al cuerpo humano que valía la pena seguir tus sueños, con aplausos y méritos, descubrimientos inesperados surgían de tus esfuerzos. ¿Qué sería de los científicos del mundo? -Si no existieras, las enfermedades tomarían el mando en un instante. Gracias a la sapiencia por tu existencia, gracias a la vida por tu dedicación, de todo corazón tu fiel amigo la ciencia