Es la metafísica una de esas canciones cotidianas, donde hemos escuchado antes la melodía pero desconocemos el nombre del autor. Como poderosa razón acerca de los principios del hombre, es imposible precisar la causalidad de sus cosas, ya que resolver un misterio sólo conlleva a otro, como descubrir que, luego de destrozar la envoltura, una caja cubre el regalo.
Y es más sorprendente que las universales reglas de la metafísica estén presentes en nuestra rutina básica. Por ello, para su deleite mental, quiero mencionar algunas de las rarezas que diariamente rozamos, sin darnos cuenta.
- Siempre hay un pelo en el lavabo.
- Nunca nos dormimos a la misma hora.
- Nunca dos relojes están a la misma hora.
- Siempre queda una canchita sin reventar en la olla.
- Nunca nadie cruza por las líneas del crucero peatonal.
- “Todo junto” se escribe separado y “separado” se escribe todo junto.
- Siempre suena el teléfono cuando estamos haciendo algo importante.
- Cuando preguntamos al taxista si tiene vuelto de un billete superior, sí tiene; pero si le damos el mismo billete sin preguntar, no tiene.
- El suceso que te permite mostrar tu valentía frente a todos, constantemente es arruinado por otro valiente que no busca probar nada.
- Cuando no queremos dormir es cuando más viene el sueño y cuando queremos dormir es cuando más padecemos de insomnio.
- Nunca hay un taxi cuando más se le necesita, pero en cambio abundan cuando uno no anda en su búsqueda.
- La luz del semáforo siempre cambia a rojo (o verde) cuando estamos más apurados.
- Siempre hay un momento de silencio durante el extremo ruido dentro de un salón.
- No existe persona que no haya bajado de la vereda a la pista para adelantar a otra.
- El taxi que espera cruzar la avenida siempre acelera cuando pasamos frente a él.
- Por más que se planifique, nunca sale una operación como se esperaba.
- El último vaso de cualquier bebida nunca sale completamente lleno.
- Nadie apaga su celular cuando le ordenan mínima interrupción. Y por ende, siempre suena uno durante un evento que requiere de silencio.
- Siempre pasa el micro cuando estamos decididos a tomar taxi.
- Nunca recordamos lo que almorzamos el mismo día y peor al día siguiente.
- Nunca nos topamos con el mismo taxista.
(Del libro Filosofia de Inodoro)