Un perfume que huele a fragancia de jazmín, llenó mi amanecer de locas ilusiones. Jamás mi corazón había palpitado tan fuerte, sintiendo que entre mis venas corría fuego. Mis ojos buscaban, ese tierno y exquisito aroma, que talvez un día llenó mi vida. Una suave brisa acariciaba mi rostro, indicándome la llegada de un ángel. Mis piernas no soportaban el temblor de mi cuerpo, que luchaba por correr o esperar ansioso.
Muy cerca, la figura de una bellísima mujer, viene a mi encuentro. Como un huracán de locas pasiones, abrirá sus brazos, y sin mediar palabras correré a su encuentro, y por un instante volveré a ser niño.