Dos señores a media noche se entraron a una casa,
Con mañita y sin permiso, sacaron unas cositas;
Pendejadas de valor que los dejó bien contentos.
Sin que los dueños lo sepan, estos alcanzan la calle.
Mientras comparten trofeos, les caen algunos otros,
Cuatro motos y ocho hombres, cierran el paso a este par.
Comienza la matutina y todo es oscuridad;
Pero estos ocho avispados se apropiaron del botín
Que a ninguno le ha costado pero que tuvo este fin.