Desde chicos nos han enseñado e inculcado, que la personalidad es lo más importante en nuestra forma de ser, que debemos pensar y actuar por nuestros propios impulsos y que es muy difícil resistirse a las opiniones de los demás.
Pero en gran medida somos todos adictos a las opiniones de las personas y estas influyen en nuestro círculo, esto es una realidad, ya que las palabras que otros nos dicen, directa e indirectamente nos afectan.
Cuando era mas chico, pensaba que ser como el más popular de la escuela, era el camino para ser igual que él, trata de vestirse como el, hablar como él lo hacía y demás, cuando fueron pasando los años perdi contacto y después de un tiempo, descubrí que trabajaba a solo unas cuadras de donde yo vivía, no era un gran trabajo, quizás era algo que yo no habría hecho nunca.
Ahí aprendí una gran lección, que no importa cuanto queramos parecernos a otro, siempre terminamos siendo nosotros mismos.
Que el mundo busca fuera lo que siempre falta dentro, que no importa cuantas veces no digan que no podamos, siempre tendremos esperanza que hay posibilidades.
Que esta es la única oportunidad que tenemos y si no la vivimos como queremos y no disfrutamos el tiempo que vamos a permanecer arriba del la tierra. estaremos limitándonos a pensar y actuar como otros.
No simulemos a otras personas, no vivíamos la vida que otros quieren, no cumplamos sueños de personas que ni siquiera nos conocen.
Empecemos de a poco a cambiar, yo se que el cambio nunca es rápido y si en algunas casualidades son rápidos, no duran demasiado. El cambio es como un gran barco en alta mar, el capitán ha mandado virar de norte a sur, tu te encuentras dentro del barco, pero no te has percatado que gira, al menos no lo sentís, pero el barco va girando.
Ese es el cambio, todos los días hacer acciones que modifiquen el rumbo de tu vida para que al final todos intenten parecerse a vos, y vos siempre naturalmente el mismo.
Tu amigo. Andres Lacrosse
