SOLEADO
Es un domingo muy soleado. La lluvia ahora se resguarda en la fragilidad de mi mirada, al cruzarme con viejos anhelos que me rozan con la duda, que juré dejarlos en paz. Estoy muy solo y en la calle, la brisa refresca amablemente las angustias de los momentos, y provoca de vez en cuando una sonrisa entre los pensantes, y se sumerge en los juegos de los niños. No espero nada del futuro ni del destino, porque tengo la sensatez de no hablar de un mundo mejor estando frente al espejo, y no es que me duela la herida de existir, es que por fin decidí volverme parte del universo, donde no alcanzo a ser ni partícula, y encuentro mi razón de ser.
El cielo está hoy muy azul. Estoy solo porque pensé que los abrazos se reclamaban y los afectos se daban con voluntad, pero nunca inspiré nada, apenas la herida de existir. Hace mucho sol y el calor de la humanidad me emociona tanto hasta hacerme medio sonreír, porque saben que yo nunca hice parte de nada.
Un domingo soleado.
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