Te extraño porque no existes.
Porque te desconozco y porque no existes.
Porque tu nombre no es más que una incógnita y tu cuerpo no es más que vacío.
Porque tus palabras no son más que silencio y tu mirada no es más que ausencia.
Te extraño porque no eres.
O porque eres sin yo saber quién, porque eres sin yo saber qué.
Te extraño porque se que existes pero no se dónde existes, o cómo, o cuándo.
Te extraño porque te necesito.
Te extraño porque sí.
Te extraño porque te extraño.