Era una feliz noche de mayo
la vi llegar... Tan atractiva... Con esa magia que de inmediato me envolvió,
la miré sin mirar quedando impregnada de ella;
Su presencia estaba allí e invadía todo mi ser...
Que sensación tan agradable...
Ella me envolvía con ese magnetismo tan especial que de inmediato
sentí que la amaba;
Desde ese momento se adueñó de mis sentidos,
tanto que ya no podría vivir sin ella.
Al amanecer la vi a un costado de mi cama,
la miré con intríga,
con esa mirada tan mía... Con mucha dulzura
pues quería evitar que se intimidara...
Sin invitarla ella estaba invadiendo mis sueños y mis latidos...
Y es que era tan grande la atracción;
que no podrìa vivir sin ella.
Sentí que se había apoderado de mi corazón y mis sentidos.
Desde ese instante no me ha dejado sola un solo minuto,
se ha convertido en parte fundamental de mi vida, de mis afectos...
Vive en mi corazón, tanto que siento que no podría vivir sin ti... S O L E D A D