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9.-

Desde el lejano horizonte una figura se acerca por el camino que lleva al torturado reino de La Gran Hechicera.

Un frio glacial sopla sobre los árboles y las hojas silban tristemente mientras pasa la brisa.

Los ojos de cientos de guerreros se entrecierran buscando mirar quien es el que se acerca. Ya han decidido cuidar a su señora y puestos en plan de batalla vigilan el camino.

¡Quien camina con el frío del camino!
¿será amigo o enemigo?
¿te trae el viento o lo traes tu contigo?
responde pronto desconocido peregrino.

De desoladas partes vengo
aturdido y dolorido
nadie me ha bridado
ni cobijo ni abrigo.
Las gentes de este pueblo
caminando mi pena miran
y no dicen nada
y se alegran de mi partida.
A quien debo entonces hablar ahora,
a un representante de este deshecho,
o a persona doliente y justa
que me dé un abrigo y un lecho.

Hablas duramente si eres extranjero
pero no temas aquí ahora
que en los reinos de la hechicera
se te calmaran las fatigas y llenaras la alforja.

Dicho esto el guardia franqueó el paso al peregrino y el frio glacial entró con el al reino que tan bien estaba protegido.

-¿Quien era?-
preguntó la hechicera
-un mendigo sin pan-
respondió el guardián.
-Que le atiendan sin demora-
-Así se hará mi señora-
-yo regreso a mi palacio preciado-
-la escolto pues el frío a arreciado-

El guardián miró la cadena que envolvía a su señora y sintió la desesperanza y angustia que emanaba de él. Una tristeza infinita lo inundó y postrándose a los pies de ella le dijo:

"oh... mi señora
que no quisiera quitarte el tormento
que veo atado a tu pecho
y llevarlo yo por ti en todo momento.
Tu angustia me ha tocado
y tan terrible amargura he sentido
que no sé como tú no has caído
al influjo del perverso que ha mentido.
Temo por tu vida mi señora
que la tristeza se alía con la rutina
y si de allí no sacas pronto la espina
temo que te acabe a ti esa ponzoña.
Pero ten en cuenta mi señora
que siempre contaras con nosotros
los duendes que protegiste
y que te aman como ningún otro"

La Gran Hechicera quiere contestar a ese ruego que le sale al guardia desde el corazón, pero se queda callada pues el frío vuelve su cadena casi una espada, y le corta la piel y le enfría el corazón.

La rutina y el silencio se agolpan en su mente, mira al guardia y solo atina a acariciarle la cabeza.

Se va pensando en que la vida tiene cosas que son injustas, el poder de aquel que miente, la desdicha del otro que antes fue poderoso, el hambre del mendigo que come en la cocina y ella que solo quería paz y alegría y solo ha encontrado en su camino desinterés y silencio.

Siente que lo que hace a nadie importa, solo a ella, que su sacrificio de vivir día a día nadie lo reconoce. La rutina la rodea y las palabras de cariño parecen un vocablo extinguido.

Hechicera..., las artes oscuras están llegándote al corazón. ¿Cómo vas a combatirlas?, ¿solo con palabras?, ¿solo vivirás este cuento?.

El mendigo sale de la cocina y mira la torre donde sabe que vive La Gran Hechicera y una lágrima recorre su mejilla, mientras un suspiro escapa de sus labios que se cierran para enviarle un beso desde allí hasta la torre.

El suspiro y el beso llegan hasta los oídos de la hechicera y sale al balcón a mirar de quien eran. 

 

10.-

Desde la torre de mi sacro imperio
puedo escuchar el ruido de un chasquido
que asemejose a un beso dolorido
y obligome a salirme de mi encierro.
Eres, ante mis ojos, un misterio
y contemplo tu cuerpo desvalido...
como en tu propio abismo sumergido,
víctima de tu propio cautiverio.
Por un instante mis pupilas cierro
recordando un amor que hube perdido...
y, el sentimiento que creí extinguido,
se hace fantasma de mi cementerio.
¿Quién eres para lograr el desentierro
de un pasado feliz y tan querido...
¡fortuita flecha que lanzó Cupido
traspasando el candado de mi hierro!???

La Gran Hechicera queda absorta esperando, impaciente, la respuesta de quien le ha turbado los más hondos sentimientos. Casi no puede tolerar la espera de una respuesta. Su corazón se le agolpa en el pecho ante la incertidumbre y la emoción de sus recuerdos.

Casi había olvidado ese sentimiento.....

Muchas lunas ya habían transcurrido en soledad, aferrada a las remembranzas de tiempos lejanos en que su corazón latía con intensidad con estas sensaciones....

Sus pálidas manos se aferraron impacientes al barandal del balcón, como queriendo aprisionar un sueño mientras podía sentir que sus piernas se quebraban desvaneciendo sus fuerzas....

Podía sentir que las cadenas opresoras y frías en su pecho se tornaban una caricia tibia y envolvente. ¿Sería él? ¿Podría la magia del amor golpear a su puerta y vencer la soledad y la rutina?

Tantas preguntas y tantas sensaciones que se agolpan y pasan en décimas de segundos que se hacen eternos a la espera de una respuesta.

La mirada iluminada de la Gran Hechicera se espeja en los empañados y sufridos ojos de este mendigo que a su corazón no es desconocido....

En un gesto incontrolable, aprieta y muerde sus labios por contenerse... pero insiste:

- Responde...?
¿Quién eres? por qué me inquietas y perturbas?
Por qué tus lágrimas, por qué el suspiro,
por qué ese beso exhalado con el viento???...

 11.-

El mendigo detiene sus pasos para observar la figura en el balcón que ha salido a mirarlo.

Sus ojos casi escondidos bajo el abrigo que le cubre el cuerpo se deslizan para dejar al descubierto su rostro.

Aquella mirada atraviesa el aire y se posa en la tersa piel de la hechicera, tan tangible como una caricia, tan intensa como la pasión pura.

Aquellos ojos que la observan y la examinan, que la disfrutan y la gozan. La hechicera siente en su piel que el mendigo está al lado suyo, no allí en el patio del castillo.

Aquella presencia es tan intensa que una voz se agolpa en su cabeza.

Mírame hechicera
¿no me recuerdas?
¿ya has olvidado tu búsqueda?
¿ya no quieres el cariño y la libertad del amor?
¿prefieres estar atrapada en la rutina?
mírame hechicera
te traigo un mundo de sensación pura
donde tu magia será libre
donde tus manos construirán sueños
y tus sueños serán realidades.
No, hechicera, no soy ningún mago,
solo he vuelto a ti para darte amor
para juntar las almas gemelas
que anidan en nuestros cuerpos humanos.
Mírame hechicera
¿es que no deseas la paz de tu libertad?
¿es que no quieres compartir el secreto de tu hechicería?
¿es que dejarás que las cadenas de la rutina te venzan?
Mírame hechicera
estoy aquí buscándote
para entregarte todo lo mío
para recibir todo lo tuyo
dame todo lo tuyo hechicera
te necesito.

----------

 

Aquella voz se apaga y la cadena en el pecho de la hechicera brilla extrañamente.

Está a punto de contestar cuando una brisa helada y cortante entra por la ventana.

La cadena le quema el cuerpo y no puede evitar que un gemido de dolor se escape de sus labios.

El viento parece no caminar solo, guiado por invisibles manos terminan cerrando la cortina del balcón y con ellas las persianas.

Todo ha quedado a oscuras y la hechicera ve que al cerrarse la ventana el mendigo se iráy la dejará allí sola.

Un sentimiento extraño le gana y una furia incontenible se apodera de ella. Sus manos se levantan y las palabras iniciales de un sortilegio se van armando en aquellos labios que cientos de hombres añoran. Mas palabra alguna pronunciar no puede. La cadena que cubre su pecho está helada y la lástima, la hiere y la vence.

El viento se detiene y con el polvo que a traido consigo desde el camino se dibuja un rastro, mas que persona, a los ojos de la hechicera.

Oh gran hechicera
como es de débil
la fortaleza
que te cubre.
Oh gran hechicera
yo tenía más poder
en uno de mis dedos
que tu en todo tu castillo.
Oh gran hechicera
he venido otra vez
a dejarte propuesta
de unirnos en esta empresa.
Oh gran hechicera
tus ojos tienen melancolía
tu corazón soledad
y tu alma, cadenas sin piedad.
Oh gran hechicera
piensa que puedo ayudarte
decide tu camino
y acércalo al mío.
Yo seré viento por ahora
mas en poco tiempo
ya solo seré aire
sin poder ni fuerza.
Oh gran hechicera
mira lo que buscas
analiza lo que ves
y no sucumbas....

El polvo desaparece y la figura junto con él, el viento huye por las rendijas del castillo y la hechicera se queda otra vez sola.

Las persianas del balcón se abren a un golpe y ella mira hacia el patio del castillo.

Ya todo está vacío, el mendigo se ha ido, pero aquellas palabras y aquella mirada, aun siguen vivos en su mente.

Mientras la soledad y la rutina le dan más razón a cada una de las palabras del mendigo.

De las otras, de las del mago convertido en viento, su alma no hace eco ninguno.

12.-

La hechicera advierte, tras los despojos de ese mendigo que, en lo profundo de sus ojos negros, se halla la mentira disfrazada de una nueva afrenta que busca confundirla....

Ese mendigo, por el que alguna vez lo hubiese dado todo, es un alma prisionera del Mago de la Mentira y esclavo de sus mentiras, miserias y bajezas.

Al descubrir las intenciones del enmascarado engañoso, mira al mendigo que se esconde tras las sombras de su propia vergüenza y, con un gesto de tristeza y piedad, vuelve a hablarle:

ERES EL ESPEJISMO DE UN PASADO
QUE VUELVE PARA TURBAR MI CALMA,
PERO NO ENCONTRARÁS EN MI ALMA
LO QUE SINTIERA POR QUIEN HUBE AMADO.
LAS BRAZAS DE LOS LEÑOS SE APAGARON
CUANDO PARTISTE DE MI LADO, UN DÍA....
Y POCO TE IMPORTÓ QUE TE QUERÍA
Y TUS PASOS, DE LOS MÍOS, SE ALEJARON...
HOY REGRESAS ABATIDO Y CASTIGADO,
VÍCTIMA DEL DESTINO QUE ESCOGISTE
Y AUNQUE ME APIADE Y TE CONTEMPLE TRISTE
NO HAS DE CULPARME POR TU DESTINO ERRADO.
POR ESO NO TE QUEDES A MI LADO:
DONDE HUBO UN LEÑO QUEDARON LAS CENIZAS
Y ÉSTAS SE DISIPARON CON LA BRISA
AL DESPRECIAR MI CORAZÓN ENAMORADO.
NO ME PIDAS AMOR...YA NO LO TENGO
PUES MI AMOR SE ME HELÓ CON TU MIRADA
QUE EN MI PECHO CLAVASTE, CUAL ESPADA,
CUANDO DEJASTE MI CORAZÓN MURIENDO...!!!

 

La Hechicera gira sobre sí misma dándole la espalda a aquel mendigo y, en ese gesto dolido, también deja atrás a ese pasado que tanto le pesaba en el alma.

Su mirada se pierde en lontananza, donde se confunden cielo y tierra. Y en ese instante comienza a asomarse el primer rayo del sol naciente, símbolo de un nuevo día, de una nueva oportunidad, que anticipa una nueva luz en la vida....

Cara al viento, erguida en lo alto de la torre, sus cabellos se mezclan con la brisa que los despeina y arremolina y, ese pequeño rayito de sol que va alumbrando, le ciega los ojos con el reflejo de sus cadenas opresoras en su pecho....

Cierra los ojos, aspira el aire fresco y balbucea ¡mi Mago .....mi señor y mi amor! mientras se le encienden los labios como fresas iluminadas por el sol.

- No me dejes a solas en esta lucha, no te apartes de mi vida. Sin ti no soy nada. Necesito de ti como este aire fresco que aspiro y me acaricia el alma....

ERES LA FUERZA QUE ME OPRIME EL PECHO
Y LA ESPERANZA DE UNA NUEVA VIDA....
ERES COMO LA LLAMA QUE SE AVIVA
Y ERES REFUGIO DE MI AMOR DESECHO
ME HACE FALTA ASPIRAR DE TU ALIENTO
PARA EVOCARTE CON SUBLIME ENSUEÑO...
ERES MI PROTECTOR, ERES MI DUEÑO,
Y SOY PRODUCTO DE LO QUE TÚ HAS HECHO.
VUELVE A MIS BRAZOS QUE SERÉ TU LECHO,
LO QUE ANHELES EN TU VIDA YO SERÉ,
UN DÍA TE PERDÍ POR MI DESPECHO
PERO PROMETO QUE POR SIEMPRE TE AMARÉ

Dicho esto quedó esperando como quien se aferra a la vida con ambas manos........

13.-

El sol....
dueño eterno de la luz...

Por los senderos del camino que acercan y alejan a los caminantes del castillo de la hechicera la figura esquiva y doliente del mendigo se retuerce de dolor y de pena, de furia y de desencanto.

Las palabras de la hechicera han resonado en sus oídos con toda su fuerza y ha sentido en su cuerpo el dolor frio y ardiente del solitario desencanto y del amor cálido y puro.

La hechicera a destrozado con cada última palabra de aquella invocación de sinceridad, el muro que al mendigo le permitía llegar a ella.

El mendigo siente su alma dividirse entre el pasado y el presente. Sus pasos se hacen inseguros y tiembla ante el poder que lo abandona..., a su alrededor el aire se hace turbio y pesado, sobre el camino, la tierra que pisa se seca violentamente, volviéndose arena y cascajo.

Cae de rodillas sintiendo que las fuerzas lo abandonan y su figura se va transformando hasta que se vuelve otra, hasta que regresa a ser el cuerpo original que siempre fue.

Sus ojos fríos sueltan una lágrima que cae a la seca tierra que lo rodea y los andrajos del mendigo se vuelven negra sombra y sus labios endurecidos y resquebrajados no pueden ocultar la mueca de dolor y de tristeza que lo agobian.

El Dueño de la Mentira deja el disfraz que estuvo a punto de darle la victoria sobre el corazón de la hechicera, ese corazón indomable que ha enviado desde allí, desde su balcón, las palabras y el sentimiento que a él lo matan. El Dueño de la Mentira ha sentido el amor de la hechicera, el amor invencible que de aquel corazón oprimido a salido.

Siente su poder alrededor suyo y todo lo que creyó haber construido hasta ese momento en su divagar por aquel mundo se resquebraja, así como él mismo.

Y casi derrotado, saliendo de su oscuro dolor, vuelve la cara en dirección al castillo, sus ojos inyectos en sangre y furia, su pecho agitado de cólera, cambia de rumbo y vuelve hacia el castillo, mientras que con una voz, que a la hechicera le suene conocida, grita a los cuatro vientos, ya sin disfraz alguno:

"No vas a vencerme oh Gran Hechicera,
el miedo aun te gobierna
la pena aun es dueña de ti
mis cadenas aun te oprimen
y el amor que muestras...
aun es débil.
¿Te aferras al Mago?
¿te aferras ahora al aire?
¿a una esperanza?
¿a un sentimiento que no tiene fuerza?
¿a un ser que yo mismo vencí?
¿crees que el Mago te ama ti?
¿crees que después de conocer el poder
el Mago se resignará a ser solo tu dueño?
¿Confías en que no es solo un arma
en contra tuya?
¿no estará jugando mi mismo juego?

Yo me presenté con la cara de tu pasado
¿el se presenta con la cara del futuro acaso?

Hechicera...
mis cadenas te oprimen aun
y tu soledad de amor te hace ver visiones
aun no confías
y no lograras hacerlo.

Hechicera...
eres más débil de lo que yo creía
y lo sabes
tu fuerza es una ilusión
y mi mentira es pura realidad.

¿Hasta dónde crees que soportarás
rechazar mi poder?

Esta pequeña victoria que lograste
no me hace menos fuerte
no me hace mas débil
sino que me ha hecho conocerte
hasta el punto de saber cómo vencerte.

Oh! Gran Hechicera
tu fin está próximo
y mi victoria es segura
la luz del día es solo pasajera
y la oscuridad de tu corazón
es solo una quimera.

Aun eres mi prisionera
mis cadenas te atan
la soledad te abruma,
la soledad del mundo que te rodea
pero que no te entiende.

Oh! Gran Hechicera
caerás en la verdad de lo que vives
caerás en mi mundo
en la mirada vacía de ilusión
y mis cadenas ya no oprimirán
solo tu pecho
también cubrirán tus ojos
y atarán tus manos.

Fui el mendigo
y caí en mi propia trampa
pero mi reino es amplio
SOY el Dueño de la Mentira
y mi cadena de soledad y silencio
te aprisionan.

No seas ilusa
Oh! Gran Hechicera
únete a mí y no perecerás
mantendrás tu castillo
y construirás tu pequeño reino
atada a mi
pero viva y real.

Tu pequeño triunfo es nada
yo tengo más poder que tu
mucho más que el aire
y la brisa
mucho mas que el Mago
YO soy realidad
el sólo fantasía...

 

Estoy a la puerta de tu castillo
y la última batalla comienza
responde oh! Gran Hechicera
responde a mi pregunta.

¿Serás realidad o serás ilusión?
¿te aferrarás a tu pequeña victoria?
¿cómo harás para que me vaya?
¿qué utilizaras?
¿qué conjuro?
¿qué arma?

Aquí te espero
aquí...
en la puerta de tu castillo
en la entrada a tu mundo
(que cada día es más mío)"

El Dueño de la Mentira se yergue amenazante en la puerta del castillo.

El frío recorre cada rincón del reino de la Gran Hechicera, la brisa helada carcome el alma de los guerreros pero el viento se ha detenido. Brisa sin viento, realidad y locura, desesperanza y urgencia. El Dueño de la Mentira ha desplegado todas sus armas para la última contienda...

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