23.33 p.m
El vapor envolvía su cuerpo desnudo vestido de olores perfectamente sintonizados,aloe vera , menta china y vainilla .Sonaba blues des de una radio antigua pero eficiente. La bañera donde Valerie se aposentaba tenia unos aires de charco divino ,delante suyo un espejo pintado de VAO y a su derecha una puerta que daba a un pasillo estrecho.Esta se abrió sigilosamente sin querer romper el tiempo ,era la mano de un hombre de unos 45 años llamado Ben,lucia una melena larga y rubia ,una piel repleta de tinta asiática que creaba memorias tatuadas por si algún día se le olvidaban.Sus manos rugosas sujetaban una cámara polaroid, a modo de disimule para poder vivir de cerca cada rincón de su cuerpo ,des de las yemas de los dedos de sus pies hasta las puntas de su corta melena pelirroja. Un suspiro llenó el espacio de admiración y se creó un a pausa dramática y ese charco se modifico en océano.
Ben se sentó en la tapa del retrete que se encontraba en la parte izquierda y siguió fotografiándola en silencio.Sus codos,sus pecas,sus pestañas,sus pies,sus mejillas ,sus uñas,sus rodillas gastadas,sus sonrisa por debajo la nariz...El gran deseo de acariciarla se percibía a través del papel opaco de cada fotografía .
La cámara se aposento entre toallas húmedas en el suelo frío ,el espejo amoldado a sus manos ,sus miradas alineadas como planetas,la puerta medio abierta y yo escribiendo des del pasillo esos minutos que parecían horas.
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