Cautivador Copito:
La vida íntima es un disfrute estético. Para mí es comunión con lo bello, un equilibrio de la forma. Una exaltación que no se alcanza con mujeres sin belleza, grotescas, agresivas o vulgares. La concibo como la armonía suprema de los cuerpos y las almas. Dejé por ello de compartir el lecho con aquélla que se dice ante la sociedad mi esposa. Mi espíritu ultrajado no anhela ser poseído ni poseer a quien lo agravia. Sin gentileza no existe para mi hermosura ni anzuelo carnal que me subyugue. Soy hostil a las bellas de carácter agrio, pero también esquivo, y con arrepentimiento lo declaro, a la intimidad con las mujeres que aunque dulces, no albergan en su cuerpo encanto que sacie mis sentidos ávidos del placer que prodiga la belleza. Soy esclavo de las formas perfectas de la carne y de las expresiones más tiernas del espíritu. Mas cuando amo, el afecto transfigura cuanto del ser querido se revela, a los ojos enamorados todo es bello, todo es bueno.
Cuando tu ser se une con mi ser en éxtasis sublime, hay consonancia, equilibrio perfecto, absoluta complacencia, dicha plena que destierra cualquier remordimiento. ¿Adivinas por qué, querida mía? Porque tu cuerpo es un placer estético grandioso, una obra de arte esplendorosa, un estímulo infinito que aviva mis sentidos. Y tu alma... ¿Preguntas por tu alma? No lo hagas. Bien sabes que más maravillosa es que tu cuerpo.
LUIS MARIA MURILLO SARMIENTO ("Cartas a una amante")