A LA IGLESIA IMPERIAL.

 

Ustedes son dignatarios mas no son dignos,

No son dignos de ser llamados hijos del Altísimo,

No son dignos siquiera de mencionar su nombre,

Son ustedes dignos de ser llamados hombres mas no santos,

Son hombres mas no hijos del hombre,

Porque es el fruto del hombre el que será honrado, no el hombre,

Porque es por su fruto que es conocido el hombre, no por ser hombre,

Ustedes son hombres, pero sin frutos,

Y a como nos ha sido dicho “Mas el árbol que sepas que no lleva fruto, podrás destruirlo y talarlo, para construir baluarte contra la ciudad que te hace la guerra, hasta sojuzgarla”  Así que es esto uno de mis primeros hachazos contra el árbol estéril, el cual me dispongo a derribar para con él construir baluarte contra la ciudad que me hace guerra, la nación de Satanás.

 

Son ustedes dignos de éste mundo, mas no del renovado,

Son ustedes dignos de la noche, mas no de la aurora,

Son ustedes dignos de la muerte, mas no de la vida eterna,

Son ustedes dignos del aprecio humano, mas no del aprecio celestial,

 

Dime algo ¿Fue Pedro el primer papa que tú dices haber tenido?

Al menos la mujer Samaritana fue franca y dijo “No tengo marido”,

Y el Señor la bendijo por eso, porque aunque cinco maridos había tenido y el que con ella estaba no lo era,

Ella fue franca y dijo “No tengo marido”,

Pero tú, mientes diciendo que fuiste edificada en la primera piedra que Cristo puso tras su partida,

Mientes diciendo que Cristo es tu marido, y aunque cientos de maridos has tenido, ninguno de ellos ha sido Cristo,

No, no fue Pedro el que te fundó, fue Constantino,

Un idólatra incircunciso, ignorante de la gloria de Dios,

Soberbia y ambición lo inspiró a raptar a la Iglesia,

La secuestró para vestir su imperio, el cual ha perdurado hasta hoy por la vestidura que fue robada,

 

 

Fueron ustedes edificados en la sangre, mas no en la sangre Santa de Cristo,

Sino que fueron edificados en la sangre que hicieron derramar ustedes,

¿Cuándo? En las persecuciones que fraguaron contra los que no pensaron como Constantino,

En la sangre que hicieron derramar en sus llamadas guerras Santas,

En la sangre que hicieron derramar las cruzadas,

En la Sangre que hicieron derramar los conquistadores que ustedes avalaron,

En la sangre que hicieron derramar en sus santas inquisiciones,

En la Sangre que hicieron derramar cuando mediante bulas repartieron la tierra,

En la sangre que hicieron derramar de aquellos que no vieron a Cristo en el Papa,

 

Fueron ustedes edificados en el sufrimiento, mas no en el sufrimiento de Cristo,

Sino en el sufrimiento al que han sometido a las naciones del mundo,

Imponiéndoles tus doctrinas humanas, profanas, abominables, pecaminosas, idólatras e hipócritas,

En el sufrimiento al que has hecho objeto al Pueblo de Dios sometiéndolo al pecado,

Obligándolo a adorar estatuas, a vírgenes, a santos, y a hombres como si fuesen dioses,

Has hecho sufrir al mundo sumiéndolo en la adoración a Baal,

Has hecho sufrir a niños a quienes has violado, y a otros los has matado por el aborto ¿Nunca escuchaste decir “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios”?mas a aquellos niños que has dañado ¿Cómo querrán ahora buscar el reino, si cuando lo buscaron se encontraron con un infierno?

 

Judas vendió al Maestro por treinta monedas, pero tú ¿Cuánto has ganado a costa de la abominación de la fe?

El Maestro dijo “Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza”

¿Quiénes son las zorras sino ustedes? Que bien viven en casas artesonadas y duermen en camas de oro,

Mas al hijo del hombre no le han dejado lugar para recostar su cabeza, porque su evangelio han abominado,

Ustedes son aquel del que se dijo “Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo”

 

¿A caso el Maestro los mandó a que fuesen Políticos? ¿No rechazó el Maestro la tentación de Satanás?

Pero ustedes la han aceptado y se han hecho partícipes y controladores de los reinos de la tierra,

Siembran mentiras y quieren cosechar verdad, ¿A caso el que siembra maíz no es esto lo que cosecha?

Andan por las naciones guiñando el ojo al mejor postor, y dividen naciones a costa de la sangre,

Aman ser servidos, mas detestan el servicio.

 

Se coluden los obispos unánimemente para encubrir sus mentiras,

Sembradores de la muerte ¿Cómo cosecharán vida?

¿No siembran ustedes la muerte? Porque ¿Siembra vida el que enseña a adorar estatuas?

¿Siembra vida el que ama arrodillarse frente a un hombre?

¿Siembra vida el que llama al pueblo a rebelarse contra un gobierno?

¿No saben que a los hijos de Dios nos fue dicho “someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, y a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien”?

 

¿Crees ser digno de ser llamada Iglesia? ¿No eres más bien una ramera?

Porque saltas a favor del mejor postor, caminas en pos de tus benefactores,

En pos de aquellos que mantienen tus lujos, tu dominio, y tu estatus,

Amas la vanidad y te corrompes con tus amantes por amor a ella,

Te has olvidado de aquel que con tu boca has confesado como tu marido,

Mas con tu corazón le has desairado deshonrando su verdad.

 

Se te dijo “Pacifica mis ovejas” pero ¿Qué has hecho? Engordar su odio y mandarlos a matar,

Se te dijo “Pastorea mis ovejas” pero ¿Qué has hecho? Pastorear a la Política,

¿Eres realmente digno de llevar el nombre de “Iglesia”?

Si para ti la Iglesia es lo que piensas, entonces lo eres.

 

Tú,  sigue en tu ignorancia y síguela vistiendo de sabiduría,

Al final de cuentas la mona aunque se vista de seda, mona se queda,

Dios sabrá hasta dónde te permitirá llegar con tu mentira,

Sólo una cosa más te diré “¡Ay del que edifica la ciudad con sangre, y del que funda una ciudad con iniquidad!” así ha dicho el Señor.