Como la gran mayoría de los seres humanos me alegré hasta las lágrimas por el rescate de los secuestrados, tristemente no fueron todos. Mi corazón saltaba como cuando se va uno de novia con la vida... dos días consecutivos de fotos, entrevistas, abrazos, llantos, alegrías lejanas tristezas añejas...todo el país vivió en su propia piel a Ingrid un enorme abrazo con la mamá, Ingrid madre llorando abrazando riendo besando a sus hijos..
Y me pregunté llorosa y emocionada y los demás secuestrados ? dónde está el encuentro con su familia ? dónde está la foto ? dónde la entrevista ? dónde está el abrazo del hijo y el padre, del hijo y la madre, del esposo y la esposa, del padre y el hijo?? dónde??
Parece que hay ciudadanos de menos peso social y político, de menos importancia, de menos ausencias, de menos lágrimas. Si así somos hasta en eso estamos clasificados, rotulados, etiquetados....
Tengo en mi imaginario a cada uno con su familia, el llanto, los abrazos, las palabras, las miradas, los besos, la impotencia y el enorme esfuerzo por cada día comenzar a nuevamente hacerse parte de esta Colombia hermosa, prometedora, esperanzadora como una flor que se abre pero angustiosamente hermética y aplastante para aquellos que le apostaron a la honestidad, transparencia e integridad en su quehacer diario.
Namid Amador