Un domingo en una de las autopistas de la ciudad, fue atropellado un niño que vendía caramelos. Esto sucedió cerca de un peaje, le brindaban los primeros auxilios el personal de la ambulancia.
Desde el automóvil pudimos ver al chico acostado en la calle y preguntamos qué sucedía. Nos dijeron que fue atropellado el caramelero, nos quedamos atónitos, impotentes, pedimos a Dios que le dé la gracia de la perseverancia final. Esto es el tiempo para arrepentirse de sus faltas pidiendo a la Santísima Virgen que le reciba en sus brazos.
‘‘Señor perdónale, Señor perdónale ’’
Madre de las madres, acógele en tus brazos.
No lo dejes solo, dile a Jesús: que era un niño.
Cuéntale que estaba trabajando vendiendo caramelos.
Madre quizás te va a decir cuántos
caramelos vendió antes de la tragedia.
Madre de las madres
Vela por tu hijo.
Pero, le pregunto al gobierno ¿Hasta cuándo los niños y los jóvenes van a seguir trabajando en la calle? Por favor, hagan algo para que no sucedan estos accidentes desastrosos.
¿Por qué ellos tienen que perder la vida prematuramente?
Delia Dousdebés Veintimilla.
12/03/2019